■ Injerencia de la Sección de Intereses en una protesta en la isla
Estimulada por EU, la “provocación contrarrevolucionaria”, dice La Habana
La Habana, 22 de abril. Las autoridades cubanas dijeron hoy que la protesta pública disuelta el pasado lunes por la policía en la Plaza de la Revolución fue una “provocación contrarrevolucionaria”, estimulada por Estados Unidos.
“El incidente fue rechazado por la población”, por lo que la policía femenil actuó para “evitar un enfrentamiento”, indicó una nota oficial difundida este martes en los medios informativos locales, que no suelen reseñar incidentes callejeros similares.
En demanda de la liberación de sus familiares, 10 integrantes de las Damas de Blanco, el grupo de esposas de opositores presos, se instalaron en la víspera en un plantón que duró cerca de tres horas, hasta que oficiales de la Seguridad del Estado las instaron a que se retiraran. Ante su negativa, intervino la policía.
La televisión difundió algunos segundos de la grabación de una conversación telefónica, que según la emisora se produjo durante 22 minutos entre la congresista estadunidense y anticastrista radical Ileana Ros-Lehtinen, “de la mafia anticubana”, y una de las Damas de Blanco.
Ros-Lehtinen “con evidente propósito injerencista, estimuló el accionar de estos grupúsculos, como justificación para recibir el financiamiento que otorga el gobierno yanqui”, dijo la nota.
La televisión también difundió imágenes en las que aparecen algunas integrantes del grupo y el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, Michael Parmly.
Esa oficina diplomática distribuyó este martes una declaración de su gobierno en la que “deplora” el desalojo, “se solidariza con los prisioneros de conciencia y sus familiares” e “insta” a Cuba a que excarcele “incondicionalmente a todas las personas que han sido privadas de su libertad en el ejercicio pacífico de los derechos humanos garantizados por la Declaracion Universal y otras convenciones internacionales de derechos humanos.
Las manifestaciones públicas opositoras son excepcionales en Cuba y entre las que ocurren está la caminata dominical de las Damas de Blanco, siempre en demanda de la liberación de sus familiares, detenidos y sentenciados en juicios sumarios en 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel.
El gobierno del presidente Raúl Castro sostiene que los presos se subordinaban a Estados Unidos para desestabilizar el sistema político de la isla. La oposición local es pequeña y fragmentada y no tiene influencia fuera de sus propias filas.