■ Ofrece un recital en El Colegio Nacional
Llama músico a intensificar la utilización del clarinete
En relación con el resto del mundo, el empleo del clarinete en México como instrumento solista es reciente, no obstante su enorme arraigo y tradición, así como la afianzada escuela y los excelentes intérpretes que tenemos, merced en mucho a la música de banda.
A pesar de ese aparente atraso en su empleo fuera del ámbito orquestal y la música de cámara, en años recientes se ha generado un auge, en especial entre los compositores jóvenes, los cuales han encontrado en él una voz fresca y novedosa, con amplias posibilidades tímbricas, sonoras y técnicas.
Así lo afirma Fernando Domínguez, clarinetista especializado en repertorio contemporáneo, quien hoy ofrece un concierto en El Colegio Nacional (Donceles 104, Centro Histórico), a las 19 horas, con entrada libre.
El propósito de esta presentación es hacer una reflexión musical en torno al clarinete y dar cuenta del desarrollo que ha tenido en las tres décadas pasadas, con énfasis en el panorama nacional.
Programa de siete obras
El clarinete contemporáneo es el título del programa, de cuyas siete obras destacan los estrenos mundiales de tres escritas por autores mexicanos: El Trauco, de Hebert Vázquez; Estudio Bop 8, de Eugenio Toussaint, y Bésame azul, de Gonzalo Macías.
Domínguez considera que haber elegido hacerse solista y concentrarse en la interpretación de repertorio contemporáneo ha hecho de él un privilegiado, pues son muchos los compositores interesados en abrevar en las posibilidades técnicas, estilísticas y de sonido del clarinete y el clarinete bajo.
Destaca el papel que ha desempeñado el clarinete bajo, ya que tiene un rango de registro muy amplio, al poder emitir notas más graves que el chelo y más agudas que una flauta, además de ir de lo sutil a lo estridente y ofrecer una gama amplia de recursos útiles para la música nueva.
En México, agrega el también docente, el desarrollo del clarinete como instrumento solista es muy reciente, ya que hasta hace unos cuantos años se mantuvo única y exclusivamente dentro del ámbito orquestal.
El del clarinete bajo es un caso más extremo, toda vez que su uso en el país como solista se remonta a 1999, cuando el propio Domínguez ofreció con él un primer recital en San Ildefonso.
De entonces a la fecha, el también docente acometió la tarea de dar voz a éste, pues nunca había pasado de ser la voz grave de los clarinetes en la orquesta.
Las posibilidades de estudiarlo en el país son casi inexistentes, como ocurre en realidad en gran parte del mundo. La única escuela donde se imparte la especialidad está en Holanda.