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Centenaria

14 de abril de 1908

El Imparcial*

LA PIQUETA DEMOLEDORA SE DETUVO A TIEMPO

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Se descubre un altar de algún mérito artístico

En uno de los bajos barrios de México, perdido en los rincones del jardín de San Pablo, como temeroso de ostentar su carcomida fachada, se levanta vetusto edificio cuya exterior apariencia es la de un templo en ruinas.

Se trata, ciertamente, de una antigua iglesia, la del Colegio de San Pablo, que fue una de las cuatro primeras que en México fundó el misionero Padre Gante, algunos años después de la venida del conquistador.

Años hace que ese templo fué clausurado al culto, y de entonces acá el Gobierno lo ha venido aprovechando para bodegas, caballerizas y habitaciones de mozos. En estos momentos se encuentra allí el depósito de coches de desinfección del Consejo Superior de Salubridad.

A consecuencia de los últimos temblores los muros del ex-templo sufrieron cuarteaduras tan profundas, que se impuso desde luego la necesidad de resanarlas. Antes de proceder a las obras de reparación, estuvo en el local el Comisario de la Segunda Demarcación de Policía, don Alberto Muñoz, quien descubrió un altar que, por su mérito artístico, merece ser conservado.

Lo que dicen los comisionados

El altar tiene una altura de diez metros, por una base de nueve. Ocupa uno de los muros, el correspondiente a la bóveda quinta, contando de la entrada.

Los señores Argüelles Bringas y García Naranjo opinan que el altar no carece de mérito: que su estilo es barroco, y que no sería prudente destruir esa obra arquitectónica, que si bien es de alto mérito, no merece tampoco los rudos embates de la demoledora piqueta.

Llueven los curiosos

En este caso, como en todos aquellos en que se trata de hallazgos ó descubrimiento de cosas viejas, la imaginación popular ha velado más de lo conveniente. Las comadres han encontrado un sabroso platillo que paladear, pues al oscurecer, sentadas en las puertas de sus viviendas, y teniendo un corro de oyentes cuya cultura deja mucho que desear, hablan del altar recién descubierto, y dicen que si allí murió asesinado un sacerdote en los momentos de consagrar la hostia; que si un noble español del tiempo virreinal se raptó de este templo á una india de tentadora belleza; que si…

Pero la tradición no nos dice nada de estos sucesos que espontáneamente han surgido de la mente de esas comadres.

CAL

*Se publicó de 1882 a 1883 y de 1897 a 1914

 
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