■ Sin consensos, el consejero presidente promueve a la abogada Juliana Araujo Coronel
Valdés, frente al desafío de imponer a su candidata a la secretaría ejecutiva del IFE
La designación del nuevo secretario ejecutivo del Instituto Federal Electoral (IFE) podría convertirse en un revés para el consejero presidente del organismo, Leonardo Valdés. Su propuesta única –hasta el momento– de que sea designada la actual consejera presidenta del Consejo Estatal Electoral de Sinaloa, Juliana Araujo Coronel, no ha sido recibida con beneplácito por la mayoría de los consejeros, tanto por objeciones a la postulada como por el método de Valdés para obtener los votos necesarios.
Vacante el puesto desde marzo pasado, cuando Manuel López Bernal dimitió al cargo –que asumió en octubre de 2005 y cuya salida habría sido precipitada por su inconformidad con lo que entonces se preparaba como solicitud de ampliación presupuestal, que finalmente fue de mil 453 millones de pesos–, Valdés comenzó su cabildeo para que Araujo Coronel asumiera la responsabilidad de ejercer las funciones ejecutivas más importantes del instituto. Hasta ahora es la única propuesta del consejero presidente.
Araujo Coronel es abogada titulada en 1996 por la Universidad de Occidente y su experiencia en la materia la ha tenido en el Consejo Estatal Electoral de Sinaloa, donde ha fungido como secretaria general –hasta el momento de su designación como presidenta, en febrero de 2007–; fue coordinadora de organización electoral; secretaria de estudio y cuenta del Tribunal Estatal Electoral, donde también alcanzó la secretaría general.
En otros ámbitos Araujo Coronel ha sido miembro del Colegio de Abogados Eustaquio Buelna AC, del que llegó a ser presidenta; profesora en la Escuela Libre de Derecho de Sinaloa e integrante del Comité Ciudadano para el Desarrollo Humano de la Procuraduría General de Justicia del estado.
Sin embargo, su nombramiento como consejera presidenta del órgano fue cuestionado por la fracción del PRD en el Congreso del estado, dado que se le ubicaba cercana al priísmo local. La objeción fue llevada hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que desechó el recurso de revisión constitucional porque los promoventes no eran los legalmente acreditados por el partido, pues lo interpuso la fracción parlamentaria en el Congreso del estado.
En días pasados, Valdés comenzó a platicar con el resto de los consejeros electorales para tratar de alcanzar el consenso en favor de Araujo Coronel. Sin embargo, las primeras señales indican que Valdés está muy lejos de conseguir los seis votos necesarios para que su propuesta sea aprobada en la sesión del Consejo General.
Algunos consejeros cuestionan que la trayectoria de Araujo Coronel no es lo suficientemente consolidada para asumir la secretaría ejecutiva del IFE. Hasta ahora parece que la postura de Valdés no se habrá de modificar y mantendrá su propuesta, incluso a costa de perder la votación en sesión del Consejo General.
El problema –señalan algunos consejeros– es también del método que ha determinado el consejero presidente, pues no ha permitido que se analicen alternativas, lo que reduce las posibilidades de negociación. Aun para los pocos consejeros que no han objetado la postulación existe claridad de que difícilmente Araujo Coronel alcanzaría los votos necesarios para el cargo.
La secretaría ejecutiva no es el único puesto de importancia que permanece vacante en el IFE. Bajo la gestión de Valdés también ya dimitió Francisco Guerrero, ex contralor general del organismo, quien fue designado responsable de la Unidad Técnica de Fiscalización.
En este caso, aun con el desahogo de los procesos contra el PAN, Alianza por México y Convergencia, por los espots no reportados en 2006, Valdés no ha propuesto a nadie para ocupar esa responsabilidad, por lo que se ha tenido que asumir con funcionarios subalternos.