“El gran escándalo hoy es que el artista sea optimista”
Ampliar la imagen Con los jóvenes, el relanzamiento de Jodorowsky en México Foto: Yazmín Ortega Cortés
Para quienes se pregunten cuál es el objetivo en la vida de Alejandro Jodorowsky, acaso vean insatisfecha su necesidad de un discurso profundo y grandilocuente, místico incluso, al enterarse de que no es otro sino “morir lo más viejo posible”.
Al menos así lo aseguró en la conferencia que ofreció ayer en el teatro principal del Centro Cultural Helénico, cuyo aforo se vio rebasado ante la cantidad de público que llegó desde cuando menos dos horas antes a realizar una impresionante fila a las afueras del inmueble.
Las localidades, según se dijo, estaban agotadas desde dos semanas antes. Aun a sabiendas de que el acceso era prácticamente imposible sin boleto, muchas, un chingo de personas, permanecieron hasta el último momento en espera ilusionada, bajo el sofocante calor, para ver si ocurría el milagro, lo que finalmente no pasó.
Poder de convocatoria sorprendente el que tiene Jodorowsky. Carisma y magnetismo que no está circunscrito a aquellos que lo conocen, comparten o simpatizan con sus ideas y principios desde hace dos o tres décadas, sino que prevalecen, y de forma muy evidente, entre las nuevas generaciones.
Bastó echar un vistazo en la sala para corroborarlo. Público heterogéneo, en cuanto a edad, sí, pero en el que destacaban los jóvenes, los muy chavos, tanto por su número como por esa inocultable fascinación reflejada en sus pubertos rostros por ver y escuchar de cerquitas a Jodorowsky, el gurú, el filósofo, el chamán. El tiranetas, pues.
Cien minutos fueron los que el dramaturgo, cineasta, escritor y tarotista de origen chileno requirió para reafirmar ese influjo mágico, sanador, que ejerce entre muchos; convencer a algunos escépticos que por allí andaban o a quienes no lo conocían; y de plano fueron contados los que se dijeron o mostraron insatisfechos o desilusionados al terminar la reunión.
Tarot, psicomagia y otras artes terapeúticas fue el título de la conferencia impartida por el autor de El juego que todos jugamos, como parte de las actividades académicas del 24 Festival de México en el Centro Histórico.
Jodorowsky fue claro al precisar que él no es alguien que dé consejos, porque, enfatizó, permitir a otro que le diga a uno lo que debe hacer es dotarlo de poder.
Tras confesar que se ha programado para vivir 120 años, rechazó ser enemigo del dinero: “no es una cosa mugrosa si se gana realmente con lo que a uno le gusta hacer”.
Optimista, compartió también su convicción de que lo mejor, tanto para el planeta como para la humanidad, está por venir, en el futuro. Tarea en la que consideró esencial el papel del arte y el artista.
Dijo que en otras épocas el arte podría hablar de dramas, desgracias y catástrofes, dolor y tristeza, porque el mundo era mejor al de ahora, que “está hecho mierda”, y en ese sentido, puntualizó que el papel del arte en la actualidad es sanar y curar.
“El gran escándalo hoy es que el artista sea optimista, positivo”, consideró.