Perlas electorales
Comerciando con mentiras
El tema del libre comercio ha tenido costos severos para la campaña de Hillary Clinton. Cuando se reveló que su jefe de estrategia electoral, Mark Penn, estaba contratado para promover la aprobación del acuerdo con Colombia, mientras ella públicamente se opone al proyecto, fue obligada a destituirlo de su puesto (aunque sigue de asesor). Pero después se reveló que otros íntimos amigos y asesores de la precandidata demócrata, inclusive su esposo Bill, también han hecho trabajo en favor del acuerdo, la cosa empeoro aún más. Ella sigue insistiendo en que siempre ha sido crítica de los acuerdos de libre comercio. Pero ahora el diario Los Angeles Times reporta que desde 2001, como senadora, ha apoyado acuerdos con Jordania, Omán, Chile, Singapur, Australia, Marruecos, y tan recientemente como noviembre de 2007 apoyaba uno con Perú. Sin embargo, tres meses después ganó la primaria en Ohio con un mensaje atacando los “efectos devastadores” de los acuerdos de libre comercio, y de hecho hasta propuso una moratoria de más acuerdos hasta evaluar sus impactos sociales.
Tal vez no sabían lo que ahora saben
De hecho, Clinton enfatiza repetidamente que siempre fue contraria al TLCAN con México, aun cuando su esposo lo promovió exitosamente como presidente. Hace poco en Ohio dijo que “he sido crítica del TLCAN desde el principio”. Pero se sabe que participó en un evento para promover el TLCAN en 1993 y que ha elogiado el tratado comercial con México y Canadá en varios discursos desde entonces antes de este año electoral. Ella y su contrincante, el precandidato demócrata Barack Obama, han expresado críticas al TLCAN y acuerdos parecidos con otros países al competir por votos en las primaras de Ohio y ahora en Pennsylvania, donde esos trastados son repudiados por amplios sectores sociales. Pero Obama tampoco ha sido muy honesto sobre su pasado en torno a este rubro, aunque él llegó al Senado casi 10 años después de la ratificación del TLCAN. Según la agencia Ap, durante su campaña para senador de Illinois en 2004, el precandidato afirmó que Estados Unidos debería promover más acuerdos comerciales como el TLCAN, citó los grandes beneficios que dejó en su estado, si bien dijo que se requieren mayor protección para los trabajadores estadunidenses. Pero en febrero pasado declaró: “no creo que el TLCAN haya sido bueno para los estadunidenses, y nunca he pensado que sí”.
Clinton, poco confiable
En la última encuesta de USA Today/Gallup, que preguntó sobre la honestidad y confiabilidad de los tres políticos que disputan la presidencia, Clinton está muy por debajo de sus rivales: el candidato republicano John McCain fue campeón con 67 por ciento, seguido por Obama con 63, mientras Clinton registró sólo 44 por ciento.
Los muertos también participan en la elección
El fervor democrático es tan amplio en este país que hasta los muertos participan. Tal vez ya no votan, como en casos famosos del pasado (particularmente en Chicago y partes de Texas), pero sí ofrecen apoyo de otras maneras. Resulta que es legal que los muertos dejen instrucciones para hacer contribuciones de su patrimonio a candidatos y grupos que apoyan a candidatos: en la última década han contribuido con más de 656 mil dólares, reporta el columnista político Al Kamen, del Washington Post. Los demócratas muertos han sido más generosos que los republicanos: entre 2001 y 2007, el Partido Demócrata nacional se benefició con un total de 265 mil dólares de sólo 23 muertos ricos, mientras que el Republicano nacional sólo recaudó 64 mil, de 10 difuntos leales.
Fraude electoral
Varias agrupaciones nacionales –sobre todo de la comunidad afroamericana– ya están estableciendo proyectos para tratar de reducir el fraude y manipulación electoral que ha manchado las últimas dos elecciones. Más de mil abogados se registraron como voluntarios para observar casillas y ya se han establecido centros para documentar quejas de votantes. Sólo en las elecciones primarias, estos centros ya han recibido informes sobre problemas electorales de más de 70 mil electores, incluyendo esperas exageradamente largas para votar, carencia de boletas electorales en las casillas, dificultades en ubicar casillas y problemas con el padrón electoral. Varios abogados han expresado sus preocupaciones de que se repitan intentos de supresión e intimidación del voto, sobre todo en sectores afroestadunidenses. Y esto apenas empieza.