■ Condenan la depuración étnica del gobierno de China contra ese pueblo

Organizaciones mexicanas exigen el reconocimiento a la autonomía de Tíbet

■ El supuesto argumento de liberarlos de la esclavitud es deplorable, señalan

Carolina Gómez Mena

Como parte de una campaña internacional de apoyo a Tíbet, ayer durante una manifestación, estudiosos del budismo y de la cultura de esa región, así como practicantes de aquella religión exigieron el reconocimiento a la “autonomía” tibetana, el respeto a los derechos de los civiles y monjes lamas, así como que el inicio, de inmediato, de pláticas del gobierno chino con el Dalai Lama para encontrar una solución pacífica al conflicto.

Cabe destacar que desde 1949 China ocupó el territorio tibetano con presencia militar, pero fue en 1959 cuando Mao Tse-Tung anunció la incorporación oficial a su país de este territorio, enviando tropas. “A esto fue lo que denominó la liberación tibetana, pero su intención era sólo ocupar el área y anexarla”, señaló Exa Méndez, coordinadora regional de la Red Internacional de Apoyo a Tíbet.

En el Ángel de la Independencia se congregaron cientos de personas vestidas de blanco, algunas de las cuales portaban playeras con los nombres de tibetanos muertos durante el año pasado y cargaban y ondeaban banderas de aquella nación con los dos característicos leones de la nieve (animales míticos), el sol amarillo y las franjas o rayos rojos y azules que llegan hasta un marco amarillo.

Allí, Virgilio Caballero y Saúl Santana Hernández, integrantes de Pensando en Tíbet, uno de las 150 organizaciones que conforman la referida red, indicaron que la demanda global es que se incluya este tema en la agenda de la ONU y también que la antorcha olímpica no entre a territorio tibetano “porque es un lugar invadido ilegalmente”.

Añadieron que actualmente el régimen chino mantiene a “300 mil soldados para sostener su ocupación, lo que ha generado que más de 200 mil tibetanos hayan tenido que huir hacia India atravesando el Himalaya, siendo el más destacado el Dalai Lama, quien vive en el exilio en Dharamasala”.

De igual forma, Santana criticó la “depuración étnica” que ha encabezado China entre los tibetanos e insistieron en que el objetivo de la ocupación es “despojar de sus recursos naturales a los tibetanos, pues su territorio posee importantes cantidades de agua proveniente del Himalaya, al grado que ésta surte a toda Asia, pero también ocuparon Tíbet por los yacimientos de uranio y manganeso”.

Durante la manifestación, los cerca de 800 inconformes expusieron que el gobierno chino “políticamente es comunista, pero económicamente es capitalista”, y deploraron el argumento que esgrime en torno a la “invasión” a Tíbet, aludiendo en su explicación “ideológica” que lo hicieron para “liberar de una supuesta esclavitud al pueblo que estaba sometido a la teocracia del Dalai Lama; esto no es real: queremos que lo explique históricamente, si es que puede”.

Por la noche, los movimientos de solidaridad con los tibetanos, en el mismo Ángel de la Independencia, formaron la frase “Tíbet libre” con decenas de veladoras.