■ Afecta la desnutrición crónica a 23% de infantes, cifra que no se ha movido en 20 años
“Desastre nacional” en Bolivia; ocho de cada diez niños padecen anemia, revela encuesta
■ En la inseguridad alimentaria, 52 municipios distribuidos en 8 de los 9 departamentos del país
La Paz, 10 de abril. La anemia nutricional afecta a ocho de cada diez niños en Bolivia, lo que le da carácter de “desastre nacional”, en tanto que 30 de cada 100 menores de cinco años sufre de desnutrición, reveló hoy una Encuesta Nacional de Nutrición realizada en 2007 en los 327 municipios del país.
La desnutrición crónica, que representa un grave riesgo para los niños pues no logran alcanzar su potencial genético de crecimiento físico e intelectual, es mayor en las viviendas que no cuentan con agua, baño ni electricidad; de la misma manera, es más importante en hogares con madres sin educación escolar o sólo con instrucción primaria.
La desnutrición crónica afecta a 23.2 por ciento de los menores en promedio, cifra que en los últimos 20 años prácticamente no se ha modificado para el grupo de edad de entre 6 y 23 meses. Los niños son los más perjudicados por la desnutrición crónica con 26.4 por ciento frente a 19.8 por ciento en las niñas.
Además, la desnutrición crónica es casi el doble en los municipios mas vulnerables a la inseguridad alimentaria que en aquellos que no lo son, con 37.6 por ciento frente a 19.1 por ciento. En el altiplano afecta a 29.6 por ciento y en el valle a 26.5, lo que es más del doble que en el llano, con 12.3 por ciento.
De acuerdo con información del ministerio de Salud sobre la encuesta, los grupos cuya lengua materna es quechua y sobre todo aymara, tienen posibilidades más altas de desnutrición crónica que aquellos cuya lengua materna es el español.
La estatal Agencia Boliviana de Información reportó que son 52 los municipios más pobres del país, ubicados en ocho de los nueve departamentos, los que tienen la mayor inseguridad alimentaria, por lo que el Ministerio de Salud y Deportes desarrolla Unidades de Nutrición Integral con la finalidad de fomentar la lactancia materna y cambiar las prácticas nutricionales.
Se promueve también el rescate de alimentos locales de alto valor nutritivo como la quinua, cañawa y kispiña, entre otros.