■ Amenazados, los avances logrados en siete años para reducir la pobreza en el planeta
Tensa al mundo en desarrollo altos precios de alimentos: FMI
■ Mientras muchos se preocupan por llenar el tanque de sus autos, millones se preocupan por llenar el estómago, advierte Zoellick
■ Llama a un pacto global sobre política alimentaria
Ampliar la imagen Robert Zoellick mostró una pieza de pan en la reunión del BM-FMI, y explicó que una familia en Yemen invierte una cuarta parte del ingreso diario para adquirirlo, mientras para comprar un saco de arroz de dos kilos una familia en Bangladesh debe ocupar medio día de salario Foto: Reuters
Washington, DC, 10 de abril. Con una bolsa de arroz en una mano y una pieza de pan en la otra, el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, afirmó este jueves que el repunte en el precio de los alimentos amenaza con eliminar el avance logrado en los últimos siete años para reducir la pobreza en el mundo. Ante la evidencia de que el alto costo de las materias primas está elevando la tensión en el mundo en desarrollo –citó los disturbios en Haití y otros casos parecidos en África– hizo un llamado a un “nuevo pacto global sobre política alimentaria”.
En la reunión anual de primavera del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la principal cumbre financiera que se realiza en el mundo, la crisis alimentaria ocupa un lugar relevante en los debates. Zoellick dijo que el alza de precios se debe a un cambio de hábitos alimenticios en el mundo, que ha elevado el consumo de carne y, por tanto, se requieren más granos para alimentar el ganado. También por el auge en la producción de biocombustibles a partir de semillas, como la de maíz o como la caña de azúcar.
Coincidente con la visión de Zoellick, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo que el alza en el precio de la comida “está acabando con todas las ganancias obtenidas en reducción de la pobreza”.
“Mientras muchas personas en el mundo están preocupados por llenar el tanque de sus automóviles”, apuntó Zoellick en referencia al alza de los combustibles, “muchas otras millones de personas están preocupadas por llenar el estómago”.
Tomó entonces un saco de arroz de dos kilogramos y dijo que una familia en Bangladesh debe ahora ocupar medio día de salario para comprarlo. En Yemen, añadió, una pieza de pan –que también exhibió– consume una cuarta parte del ingreso diario de una familia.
Zoellick expuso que en sólo dos meses los precios del arroz han llegado a niveles sin precedente, con un alza de 75 por ciento. Mientras en el último año el trigo subió 120 por ciento.
Es en razón del alza de estos precios, que la reunión de primavera adquirió un tono de crisis, algo que no se escuchaba aquí desde hace seis años. La diferencia, que es importante, es que ahora el centro de los problemas no está del todo en los países en desarrollo, sino en el centro del sistema financiero de Estados Unidos. Adicionalmente, por la creciente demanda de alimentos para elaborar combustibles –alternativa con la que se busca paliar los altos precios del crudo– y el crecimiento de China e India, cuya población demanda más alimentos.
Por eso es que hoy los dos principales dirigentes del BM y el FMI recuperaron en el discurso términos como “riesgo de inflación”. El Banco Mundial aseveró que de diciembre de 2006 a febrero pasado el precio promedio de los alimentos en el mundo se incrementó 48 por ciento, lo que significa un alza en el dinero que debe desembolsar una familia para atender el satisfactor básico. Como el mismo organismo señaló, entre más pobre es una familia, mayor porcentaje de su ingreso destina a la compra de comida.
Strauss-Kahn, en su primera participación en una reunión anual desde que relevó al español Rodrigo Rato a principios de año, sostuvo que uno de los principales riesgos que enfrenta la economía mundial es la caída económica combinada con la inflación.
“La inflación puede haber vuelto, a pesar de la desaceleración generalizada en el mundo, pues el aumento extraordinario de granos básicos y alimentos en general puede echar para atrás los avances en la reducción de la pobreza”, comentó.
Atribuyó el alza de los alimentos al mayor uso de los cultivos para biocombustibles y el cambio en los patrones mundiales de consumo de alimentos. En países como México, estimó, el mayor precio de los alimentos puede elevar hasta en 100 mil millones de pesos, un punto del producto interno bruto, el déficit comercial por pagar más dinero por las importaciones de alimentos.
Robert Zoellick apremió a la comunidad internacional a que responda a la “situación de emergencia” que enfrentan las naciones más pobres, y se refirió a Haití, el país caribeño que esta semana vivió disturbios por la carestía en el precio de alimentos.
“El aumento de los precios de los alimentos básicos ha provocado manifestaciones, en algunos casos violentas, en países tan distantes como Pakistán, Argentina, México, Egipto o Haití. Mientras en Estados Unidos y Europa nos hemos concentrado durante el último año en el incremento de los precios de la gasolina, otros alrededor del mundo luchan para llenar sus estómagos”, destacó.
La degradación ambiental limita el crecimiento mexicano
La degradación del medio ambiente se convirtió en un factor que está limitando el crecimiento económico de México y el bienestar social de la población, alertó el Banco Mundial.
El organismo calculó que el costo económico del deterioro ambiental alcanza 900 mil millones de pesos al año, cantidad equivalente a 9 por ciento del producto interno bruto (PIB) a precios actuales. Para efectos comparativos ,la recaudación de impuestos en México, sin incluir la rentas petrolera, equivale a 10 por ciento del PIB.
“México tiene urgentes y críticos problemas relacionados con el agua, tanto por la sobrexplotación como por la contaminación del agua en superficie y en mantos subterráneos”, agregó el Banco Mundial.
Crédito por 500 mdd para políticas ambientales
El organismo concedió a México un préstamo por 500 millones de dólares, que será utilizado por el gobierno federal para el diseño de políticas ambientales, uno de los temas centrales de la nueva “Estrategia de Asistencia a México”, elaborada por el organismo multilateral, que regirá la cooperación entre ambas instancias en el transcurso de la administración actual. Esta estrategia busca asegurar la sustentabilidad ambiental en México, a partir de un diagnóstico del organismo que muestra que el país tiene dificultades para atender el terreno ambiental.
Un ejemplo menciona que el costo de la degradación ambiental se origina “en alrededor de 90 por ciento” por el efecto de deterioro que causa la contaminación del aire; por ello, uno de los temas principales de la cooperación anunciada esta semana estará relacionado con el uso energía.
“Los puntos más importantes para la sostenibilidad ambiental en México incluyen tomar acciones en contaminación del aire, agua, la emisión de gases de efecto invernadero, deforestación y pérdida de biodiversidad”.
En ese sentido, el organismo multilateal insistió en que México tiene críticos y urgentes problemas relacionados con el agua, que incluye la sobreexplotación de mantos acuíferos y la contaminación del agua, tanto la que se encuentra disponible en superficie como en recursos subterráneos.
El Banco Mundial llama la atención sobre que la mayor contaminación de los mantos acuíferos se presenta en las regiones más habitadas, que generan la mayor parte del PIB.
“El uso no sustentable del agua en estas áreas es una limitante al crecimiento y la competitividad. También afecta desproporcionadamente el acceso y la calidad de los servicios para los más pobres y contribuye a la degradación del medio ambiente”, agregó.