El Chapo, escurridizo
Para el magistrado federal Jesús Guadalupe Luna Altamirano, Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, no puede ser calificado jurídicamente de narcotraficante:
“No existe una sola sentencia judicial definitiva que demuestre que El Chapo sea conocido narcotraficante. Existe sólo un oficio de prevención y readaptación social en el que se informa de diversas resoluciones dictadas en contra del padre de El Chapito.
“No hay una sola ejecutoria por delincuencia organizada; hay ocho sentencias absolutorias; cinco autos de libertad por falta de elementos para procesar; una resolución que dejó insubsistente la orden de aprehensión; dos procesos pendientes por delitos contra la salud y asociación delictuosa; dos averiguaciones previas y una sentencia compurgada, pero por cohecho”, puntualizó ayer Luna Altamirano en conferencia de prensa.
Joaquín El Chapo Guzmán escapó en enero de 2001 del penal de máxima seguridad de Puente Grande, ubicado en el estado de Jalisco. Desde entonces permanece prófugo de la justicia.
El Chapo es uno de los capos más conocidos y requeridos en extradición por el gobierno de Estados Unidos que no han sido detenidos por las autoridades mexicanas.
Durante el sexenio del presidente Vicente Fox se detuvo a Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del cártel del Golfo y uno de los rivales más fuertes de El Chapo.