■ Crece la división entre ambos por el cómputo perredista
Encinas se une a la defensa de Pemex; Ortega encabezará otras acciones
Los mecanismos políticos de defensa de la industria petrolera provocaron ayer una división más entre Jesús Ortega y Alejandro Encinas, candidatos a presidir el PRD. Mientras el primero aseguró que participará en un frente paralelo al de Andrés Manuel López Obrador, el segundo se sumó de lleno a las acciones de resistencia civil pacífica.
En sendas conferencias de prensa, ambos perredistas mostraron posturas encontradas. Para Encinas, la defensa del petróleo está por encima de los conflictos internos del partido; para Ortega, esa lucha se convirtió sólo en un instrumento más para posicionarse en su intención de ser presidente del PRD.
En esa ruta, Encinas anunció la cancelación del mitin que tenía programado para el sábado, previsto para “rescatar” el PRD, y sumarse de lleno a la resistencia civil. “Lo hacemos –dijo en nombre de Izquierda Unida–, porque no nos van a encontrar divididos ni distraídos en los asuntos internos del PRD. Vamos a dar prioridad a la agenda nacional en contra de la privatización del petróleo”.
Convocó a todos los perredistas a realizar un esfuerzo de unidad para actuar de manera conjunta, “dejando atrás muchos de los problemas que nos han desgastado en este proceso interno”.
Invitó a Ortega a cerrar filas, y aseguró que él no asumirá ninguna iniciativa propia, “me sumaré a la que tome el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo”, dijo, y se comprometió a duplicar el trabajo para no descuidar la lucha por la presidencia del PRD.
Más tarde, Jesús Ortega, candidato de Nueva Izquierda a la presidencia perredista, afirmó que se iniciará una jornada nacional en defensa del petróleo, como acordó su corriente en el Consejo Nacional del fin de semana, pero acotó que se tratará de movilizaciones que no obstruirán vialidades ni afectarán a terceros.
Afirmó que sólo cuando lo considere conveniente podría sumarse a la resistencia civil de Andrés Manuel López Obrador, y señaló que la iniciativa presentada el martes por el presidente Felipe Calderón no sólo es insuficiente para resolver los problemas de Petróleos Mexicanos, “sino que tiene elementos privatizadores que no compartimos”.
Ambos candidatos se responsabilizaron mutuamente por la parálisis del cómputo nacional, que a pesar del acuerdo del martes por la noche no se reanudó ayer.
Ortega Martínez cuestionó la forma en que se realiza el cómputo para la elección de presidentes de comités directivos estatales y consejeros por parte del Comité Técnico Electoral porque, afirmó, se contabilizan todas las casillas, a diferencia del cómputo nacional, donde se separaron mesas receptoras con supuestas irregularidades.
“¿Qué es lo que pasó? ¡Sorpresa! Todas se están computando y con una rapidez inusitada. ¿Por qué? Porque no les importan los resultados estatales a quienes impugnaron las otras casillas, sólo les interesa retrasar el cómputo nacional”, afirmó.
A su vez, Encinas aseguró que como el cómputo nacional no ha concluido, no debía llevarse a cabo el estatal, y se manifestó en contra de anular los comicios del 16 de marzo pasado, porque “la nulidad sería reivindicación de prácticas ilícitas dentro del partido”.
Ayer por la tarde, además, Izquierda Unida distribuyó una primera lista de 229 casillas impugnables, que presentará a la Comisión Nacional de Garantías, que en caso de anularse ampliarían el margen de Encinas sobre Ortega. Anunció que las presuntas irregularidades se darán a conocer en hojas volantes, al tiempo que impugnarán los cómputos estatales de Oaxaca, Puebla, estado de México y Guanajuato, porque se computan casillas no instaladas.