■ En poco tiempo podría haber dengue y malaria en el DF, advierten en Día Mundial de la Salud
Alerta en la Ssa ante cambio climático y temporada de calor
■ Desde 2006 aumentó en el IMSS número de consultas por deshidratación y tumores en piel
■ Este año el termómetro marcará su nivel más alto en la historia; los riesgos, también en el agro: Córdova
Ampliar la imagen Alternativa contra el calor en la segunda sección de Chapultepec Foto: José Carlo González
El cambio climático ya ha empezado a causar estragos en la salud de los mexicanos. En 2006, sólo el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) proporcionó más de 21 mil consultas por tumores en la piel atribuidos a radiación solar, cifra que representó un incremento de casi 20 por ciento respecto a 2004.
Durante la celebración del Día Mundial de la Salud, que este año tiene por lema “proteger la salud frente al cambio climático”, el titular del ramo, José Angel Córdova Villalobos, afirmó que el sector está en alerta ante el fenómeno y la temporada de calor, que ya empezó.
Dijo que este año se registrarán las temperaturas extremas más altas en relación con el promedio histórico, y de acuerdo con los pronósticos, serán hasta un grado más de lo habitual.
Durante la ceremonia oficial, realizada en la sede de la Secretaría de Salud (Ssa), el funcionario también advirtió sobre el riesgo de que aumente la frecuencia de enfermedades como paludismo y dengue, o diarreas y malnutrición.
Mutación de insectos
Incluso –advirtió–, existe la posibilidad de que aquellos males típicos de zonas cercanas al mar, como dengue y malaria, en algunos años también se presenten en ciudades altas, como el Distrito Federal. Señaló que los insectos tienen ciclos de reproducción muy rápidos, y mientras más pequeño sea un microorganismo, más facilidad de mutación tiene.
Recordó que algo parecido ha empezado a verse en ciudades donde nunca antes había habido dengue, y el año pasado se presentaron casos en Guanajuato y Sonora, por ejemplo.
Durante la ceremonia, a la que asistieron el representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en México, Philippe Lamy, el presidente del Instituto Nacional de Ecología, Adrián Fernández, y representantes del IMSS y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Córdova Villalobos señaló que el incremento de temperatura de apenas 0.6 grados centígados durante el siglo XX ya ha tenido consecuencias, como el deshielo de los polos, el aumento en el nivel del mar y la modificación del clima habitual en distintas regiones.
Además –dijo–, está el impacto en la agricultura, los recursos hidráulicos, la biodiversidad y la salud de las poblaciones. Recordó que en 2003 murieron más de 70 mil personas a causa de la ola de calor en Europa, mientras que otros continentes se han visto afectados por epidemias de malaria, en África oriental, y cólera, en Bangladesh.
En su turno, Javier Dávila Torres, quien acudió en representación del director de prestaciones médicas del IMSS, Santiago Echevarría, resaltó que el medio ambiente contaminado provoca cada año el deceso de 1.6 millones de niños por diarrea, y el paludismo mata a un millón de personas en ese mismo periodo.
En el futuro –indicó–, por efecto del cambio climático escasearán el agua y los alimentos. Aunque Dávila Torres no lo dijo en su discurso, en el texto entregado a la prensa sobre su presentación informa de las acciones que ha realizado en IMSS vinculadas al cambio climático.
Planteó que en 2007 se proporcionaron 19 mil 71 consultas de urgencia por deshidratación y 335 por quemaduras ocasionadas por radiación solar, de las que 4 mil 747 y 90, respectivamente, correspondieron a menores de 18 años.
Además, en 2004 las unidades de medicina familiar atendieron 18 mil 751 casos de tumores en la piel atribuidos a radiación solar; para 2005 la cifra se elevó a 19 mil 136, y en 2006 se ubicó en 21 mil 340.
Por su parte, Córdova Villalobos advirtió sobre la carga adicional que esto representa para el sector salud, tanto en infraestructura como en recursos humanos y materiales.
Por lo pronto, la Ssa puso en marcha el Programa de Vigilancia y Prevención de Daños a la Salud por Temperaturas Extremas Naturales, que abarca la temporada de calor y la época de lluvias.