■ Han resuelto de ma-ra-vi-lla los problemas en el ataque, dijo
Markarián cubrió la ausencia de Sabah con Villaluz y Andrade
■ César me ayuda mucho, nos conocemos desde chicos, comentó Édgar
El tercer lugar en la tabla general no tiene conforme al técnico de Cruz Azul, Sergio Markarián, quien criticó las fallas iniciales de sus dirigidos ante Jaguares y señaló que ni el título, en caso de ganarlo, redondearía su proceso, y tal vez se tenga que ir sin recoger los frutos.
Empero, lo que sí cosecha Markarián es parte de la labor de Jesús Ramírez con los campeones Sub-17, César Villaluz y Édgar Andrade, quienes han demostrado que se entienden hasta con los ojos cerrados en el eje de ataque cementero.
Tras el largo castigo para Miguel Sabah, único centro delantero del plantel, el timonel reflexionó: “Su ausencia nos ha creado gran cantidad de problemas, gracias a Dios resueltos de maravilla, de ma-ra-vi-lla, por Andrade y Villaluz. Lo de Andrade me parece bárbaro, desde el Interliga, acompañado también por (Nicolás) Vigneri”.
Andrade, de 20 años, quien anotó goles ante Puebla y Jaguares, expresó: “Hemos sufrido muchos cambios por lesiones y castigos, pero el equipo se ha acomodado. Inicié arriba con Villaluz, tratando de agarrar la pelota, retenerla lo más posible, y uno siempre anda con ganas de meter gol.
“Me siento más cómodo atrás (en la contención), pero adelante también. César me ayuda mucho, nos conocemos desde chicos, sé cómo se va a mover, que es rápido y cubre bien el balón; él igual conoce mis movimientos y yo trato de estar cerca de él...
“El técnico nos habló desde el inicio de la semana y nos dijo que así íbamos a jugar”, expresó un entusiasta Andrade, quien refrendó su idea de mantener en alto su nivel, porque quiere estar en la selección mayor; “ojalá Chucho (Ramírez) elija a los jugadores adecuados”, manifestó.
Markarián, quien reprobó el cese del técnico de Puebla (José Luis Sánchez Solá), explicó que La Máquina vive una “transición” hacia un futbol “más agresivo, dinámico, donde las figuras individuales resalten sobre un fondo de rendimiento colectivo, pero la meta va a trascender el periodo de mi contrato.
“Yo me voy a ir y si los dirigentes quieren mantener este proceso dictarán una política deportiva que consolide nuestra labor. O quizá digan ‘no, no’, e inicien una etapa distinta. ¡Claro que me encantaría ver el fruto!”, expresó el timonel, quien se declaró orgulloso de abrir las puertas de fuerzas básicas, las cuales estaban “herméticamente cerradas”.