■ La antología Pulir huesos incluye autores nacidos entre 1950 y 1965, entre ellos 8 mexixanos
Dan a conocer en España un crisol de voces de la poética contemporánea de AL
Madrid, 7 de abril. El poeta y crítico uruguayo Eduardo Milán, experto en la poética latinoamericana, es el responsable de la selección y edición de Pulir huesos (Círculo de Lectores-Galaxia Gütemberg), antología de 23 poetas de América Latina nacidos entre 1950 y 1965, los que representan una “certidumbre de escritura”.
Esta selección, realizada bajo criterios estrictamente literarios, pretende ofrecer un crisol de voces de la poética contemporánea latinoamericana, encarnada en una generación que rompió el viejo “paradigma” de las grandes “figuras totémicas” que influyeron en sus coetáneos, como César Vallejo y Pablo Neruda.
México es el país que más poetas aporta a la antología, con ocho, la mayoría desconocidos para el gran público, pero que, según Milán, representan un “valor de escritura” más allá “de los clanes y las camarillas literarias, que muchas veces impiden que se conozcan este tipo de escritores”.
Los mexicanos incluidos en Pulir huesos son Eduardo Hurtado, Roberto Rico, Francisco Magaña, Laura Solórzano, Silvia Eugenia Castillero, Julio Eutiquio Sarabia, Jorge Fernández Granados y Tedi López Mills.
El poeta argentino Edgardo Dobray, incluido en la antología, explicó durante la presentación en la sede del Círculo de Lectores: “lo que muestra esta antología es un cambio de paradigma; hasta hace no muchos años se podía decir que los poetas latinoamericanos o eran hijos de Pablo Neruda o dé César Vallejo.
“Estos dos poetas representaban las dos grandes vertientes de la cultura, mientras que en este libro es difícil encontrar rasgos de esas dos vertientes’ más bien hay muchas, como la influencia de Nicanor Parra, en Chile; de José Lezama Lima, en Cuba, o de los poetas de la generación de los Contemporáneos en México. Digamos que hay menos uniformidad gracias en parte a la autoconciencia formal o a la conciencia del lenguaje.”
Realidad profunda y discontinua
Eduardo Milán, por su parte, explicó que “la poesía latinoamericana es una realidad profunda, discontinua, redundante y reiterada. Algo parecido a una materia efervescente que en algunos momentos logra adquirir una forma y en otros no”.
Al respecto, explicó que Pulir huesos es un nombre enigmático sacado de un fragmento de un poema del Nobel mexicano Octavio Paz, que fue a su vez sacado de contexto.
“Me refiero a Blanco, escrito por Paz en la India, en 1966, y que para mí significa uno de los momentos más lúcidos de su obra poética. Pero ése sería el ejemplo de un trabajo profundamente testimonial y de rescate de esa dimensión entre transparente y turbia, que es la poesía latinoamericana desde su lenguaje.”