■ CTM y CROC, las que más abandonos de afiliados presentan
Centrales obreras corporativas sufren grave pérdida de agremiados
Ampliar la imagen Un estudio sobre el sindicalismo revela la realidad de las centrales Foto: Atchivo/ Víctor Camacho
Las centrales obreras corporativas han sufrido en años recientes un fuerte descenso en el número de sus agremiados, además de que se ha mermado el poder político y económico en esas organizaciones.
En 2000 había más de 2 millones 352 mil trabajadores afiliados a estas centrales y cinco años después, lejos de incrementarse la membresía, ésta se redujo a un millón 964 mil 200, es decir, casi 400 mil trabajadores menos.
Un informe titulado La representatividad en el sindicalismo mexicano, de Javier Aguilar García, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, revela lo anterior y precisa que las centrales que más afiliados han perdido son precisamente la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Según plantea, los líderes de las organizaciones corporativas ocuparon durante décadas numerosos puestos en el Poder Legislativo y tenían amplios márgenes de representatividad sindical y política, pero en décadas pasadas, perdieron numerosos puestos en las cámaras de Diputados y Senadores.
Dirigentes, sin credibilidad
Asegura que ha caído la credibilidad de los dirigentes, ya que “la mayoría de ellos no responden a sus bases, sino a sus propios intereses, son líderes tradicionales y corporativos a los cuales la población trabajadora ya no les cree ni los sigue”.
El investigador incluso cuestiona “si las dirigencias sindicales que predominan en México tienen un proyecto de nación o se adhieren al proyecto impuesto por los gobernantes y las grandes corporaciones capitalistas”, es decir, son más pro patronales que los propios inversionistas.
Los datos que ofrece son los siguientes: en el Congreso del Trabajo había en el año 2000 más de un millón 250 mil 800 agremiados y el número se redujo a 951 mil 500 cinco años después y la cifra continúa descendiendo.
En todas las organizaciones la desindicalización ha sido paulatina, pero en la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) se registró una salida masiva y de tajo de agremiados, los cuales por diferencias con la dirigencia de esta organización emigraron a una nueva y crearon la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, la cual tiene ahora un millón 646 mil 600 afiliados y la FSTSE se quedó con 746 mil.
En tanto en la CTM el número de afiliados descendió casi 100 mil tan sólo en el sexenio de Vicente Fox, ya que en el año 2000 había más de un millón 101 mil trabajadores en sus filas y casi al cierre del mismo la cifra se redujo a casi a un millón 2 mil 600.
Otra central que ha sufrido caída en el número de afiliados es la CROC, la cual bajó su número de afiliación de 896 mil a 754 mil, es decir, 142 mil menos tan sólo en el sexenio de Vicente Fox.
Asimismo la CROM vio descender sus afiliados de 176 mil a 81 mil, y hasta desaparecieron organizaciones pequeñas que estaban afiliadas al Congreso del Trabajo, ya que de 179 que había al inicio de ese régimen pasaron a menos de 89.