■ Asegura que no se ha cruzado de brazos frente a los problemas por la reforma energética
La política social, eje del resto de mi gestión, promete Calderón
■ Ante una plaza llena en Chiapas, el michoacano omitió revelar alguna meta concreta
Ampliar la imagen Felipe Calderón durante el encuentro que sostuvo este domingo con dirigentes de comunidades indígenas en Chiapas Foto: Notimex
San Juan Chamula, Chis., 6 de abril. Tras un año y cuatro meses de mandato, el presidente Felipe Calderón ofreció que partir de ahora la política social estará en el centro de la tarea de su gobierno, y para ello pidió dejar de lado las diferencias mediante el diálogo.
Ésa fue la promesa, sin embargo en el corazón de la zona tzotzil y ante miles de indígenas reunidos en la plaza de este municipio, el michoacano no anunció ninguna meta concreta más que la ya conocida de dotar de piso firme, en este caso, a las familias pobres chiapanecas, y el reforzamiento del programa Oportunidades.
Bien cobijado por el gobernador Juan Sabines Guerrero, que garantizó plazas llenas y envolvió de halagos a su huésped porque “hace mucho por los pueblos indígenas”, el Presidente hizo su primera visita a los Altos de Chiapas, que este primer día incluyó San Juan Chamula, Tenejapa y Ocosingo.
Ataviado con la ropa tradicional de los tzotziles, que a él, al gobernador y a sus respectivas esposas les fue obsequiada por las autoridades locales, recibió el bastón de mando del presidente municipal, Domingo López González, que le hizo ver que no cualquiera” recibía tal distinción.
Chiapas solidario llevó público
Abajo del templete y cercados por cientos de vallas y elementos del Estado Mayor Presidencial, estaban congregados unos 10 mil habitantes del municipio y de otros como Chalchihuitán, Larráinzar, Santiago el Pinar, Aldama, que llegaron transportados por los operadores de Chiapas Solidario, el programa del gobernador, cuyo lema portaban en sus camisetas.
Aunque la gira, denominada Vivir mejor –según aclaró el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero–, estuvo centrada en el tema social, el titular del ramo no pronunció discurso alguno y, al igual que la titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, tampoco recibió traje indígena.
Tras resaltar que era el primer presidente en “muchos, muchos años” (30, según el gobernador, desde la visita que habría hecho Luis Echeverría Álvarez) que se encontraba en San Juan Chamula y pronunciar un saludo en esta lengua indígena, Calderón se comprometió a velar, a “trabajar sin descanso” por el bienestar de esta etnia y ayudar a quienes “no tienen nada”.
Como el Presidente recibió una retahíla de peticiones del alcalde indígena, tuvo que repartir instrucciones en público a Vázquez Mota para que construyera aulas, y luego a Cordero para que dé servicio de agua, porque “no hay condiciones para que viva una persona humana (sic) con la dignidad que Dios nos ha dado”.
La promesa presidencial consistió en dar certeza a la gente de que podrá salir adelante gracias a su trabajo. Así, en Tenajapa señaló que en su gobierno no hay mexicanos de primera o de segunda y retomando una frase del gobernador, aseguró que los indígenas son “los mexicanos de primera” y tienen la misma dignidad humana de cualquier hombre o mujer.
Cerca de una estatua de Benito Juárez, hizo un llamado a los mexicanos sin distingos a que conviertan la política social en el centro de la agenda nacional, “a que nuestro compromiso con los más pobres, la urgencia de actuar en favor de ellos, nos permita ponernos de acuerdo y dejar al lado nuestras diferencias”, como hicieron Sabines, de extracción perredista, y él, como presidente de origen panista, afirmó.
A lo largo del día, en lo que insistió más fue en el diálogo, como lo había planteado por la mañana en Acapulco, cuando despidió el buque escuela Cuauhtémoc, y dijo que es momento de mostrar que en la pluralidad y en el diálogo se pueden encontrar soluciones.
En el contexto de la discusión sobre la reforma energética, aseguró que su gobierno no ha sucumbido a la tentación de eludir los problemas ni se ha quedado cruzado de brazos.
“Hay que entrarle al posh”
De ahí, caminó unos pasos y colocó la primera piedra del mercado municipal, pero las autoridades lo hicieron repetir la ceremonia, pues no habían bebido posh, aguardiente que se toma en las celebraciones.
–Nos vamos pa’allá o qué –espetó el Presidente cuando alguien le hizo la observación.
–Pues vamos, si quiere.
–Es que si no se toma no se va a consolidar el mercado, Márgara. Hay que entrarle al posh –intervino Calderón ante la sorpresa de su esposa.
Una vez que bebió un vasito de posh, el michoacano bromeó: “No alcancé a pescarle (sabor). A ver, déme más”, lo que causó risas.
“No está mal, eh; no está mal”, concluyó, por lo que los lugareños le ofrecieron que si los recibía en Los Pinos le iban a llenar la botella.
Un grupo de mujeres también convidó a su esposa un poco de esta bebida, pero Calderón paró cualquier posibilidad de que le sirvieran más. “Se me va a acelerar y luego quién la para.”