Fumadores: la policía actuará en caso extremo
El problema serán antros y bares, dice Joel Ortega; prepara manual para gendarmes
Ampliar la imagen Diversos momentos en que los fumadores pudieron disfrutar ayer del tabaco. Muchos de esos casos, en terrazas de restaurantes de la colonia Condesa, en la delegación Cuauhtémoc Foto: José Carlo González
En el primer día de la entrada en vigor de las reformas a la Ley de Protección a los No Fumadores, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal recibió 14 llamadas de orientación sobre cómo se aplicaría la medida. Sin registro de incidentes, el jefe de la policía Joel Ortega señaló que el problema crítico “serán antros y bares” ante posibles forcejeos entre los efectivos y personas que con algunos tragos se resistan a dejar de fumar.
Para evitar los incidentes, a partir de mañana la dependencia distribuirá un tríptico entre los uniformados para enterarlos de cómo deben actuar. Su intervención será sólo a petición de parte mediante la clave telefónica 066. Ortega Cuevas indicó que primero se le requerirá a la persona que abandone el lugar, de lo contrario se hará el traslado al juzgado cívico si es que se aferra a no dejar de fumar.
Ayer fue una noche diferente para los pocos parroquianos que asistieron a centros nocturnos, bares y cantinas, quienes armaron pequeños grupos de fumadores en las entradas de los establecimientos mercantiles, no porque el lugar estuviera saturado o el cadenero hiciera la ya famosa selección de parejas, se trataba de la entrada en vigor de las reformas a la Ley de Protección a los No Fumadores.
Los negocios colocaron letreros, advertencias, señalizaciones para evitar que los clientes consumieran cigarros, pues las sanciones a los propietarios y empleados de establecimientos mercantiles que toleren y permitan fumar son multas o clausura temporal.
Pese a ello, hubo quienes hicieron gala de su ingenio para satisfacer su adicción. Así, en al antro Delao se aprovechó la oscuridad de las esquinas y de la bolsa trasera del pantalón alguien sacó un cigarrillo; el olfato de los fumadores se activó y en seguida por un “jale” se encubrió al infractor.
Ya había pasado la medianoche, el deambular de la gente evidenciaba un ambiente de fiesta, sin ser día de quincena. En La Vitrola, localizada en Acoxpa, se colocó la leyenda del artículo 30 de la citada norma, donde se establecen las sanciones a las personas que fumen en una zona cerrada.
Los meseros tuvieron una tarea extra: evitar el consumo de tabaco. El primer paso fue pedir que se apague el cigarrillo, segundo la sugerencia de abandonar el lugar para evitar la concentración de humo, y por último hacer el llamado a la autoridad.
En el karaoke localizado justo frente de La Vitrola antes de ingresar se advertía: “ya está prohibido fumar”.
En tanto, en otra parte de la ciudad, adictos a la nicotina decidieron echar camino por los rumbos de la Zona Rosa. Buscaban diversión y un lugar seguro para poder fumar. Ricardo Martínez, cigarro en mano, de bar en bar preguntaba si se permitía fumar. “Hoy en casi todos los lugares a los que he ido me han dicho que no se puede fumar, todos cumplen la ley, mañana quién sabe”, expresó.
Pero no todo fue terreno vedado. En el LondonBlue se apreciaban letreros a la vista de los clientes en el que no se permitía fumar, los empleados del lugar hicieron caso omiso. El calor de las copas y el ambiente noventero que generaba la banda que tocaba rolas de Caifanes, La Cuca y demás roqueros de la época, incitaron a Cristian Correa a disfrutar de su cigarro sin que nadie lo prohibiera.
Además del reglamento de la Ley para la Protección a la Salud de los No Fumadores, la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP-DF) elaborará un manual de operaciones sobre la forma en que deberá proceder el personal de la dependencia para hacer cumplir la legislación.
La titular de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales (CJSL) Leticia Bonifaz Alfonzo, dijo que si bien el reglamento precisa muy puntualmente la forma como actuarán los uniformados, debe quedar claro que no se trata de un asunto de policías y fumadores, sino de convencimiento.
Coincidió con Joel Ortega: “creemos que la intervención de la policía será solamente en un caso extremo, de alguien que insiste en violar la norma, después de la invitación del propietario del establecimiento a que apague el cigarro o se retire a un área en que sí pueda fumar y si se llama a la policía, quien acuda haría lo mismo, lo conminarían a apagar el cigarro o a que salga y sólo en caso de resistencia habría remisión a juzgados, creemos que eso va a ser la excepción y que todo el mundo va a ir entrando en este proceso de cultura”, señaló.
Por otra parte, la Secretaría de Salud, del gobierno federal, se propuso ser ejemplo dentro de la administración pública calderonista en la ampliación de la Ley para la Protección a la Salud de los No Fumadores en el Distrito Federal y obtener la certificación de Edificio libre de humo de Tabaco en todas sus instalaciones según el oficio girado a todas las unidades de la dependencia por la titular de la Subsecretaría de Administración y Finanzas, María Eugenia de León May.