■ Habló ante el congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
“De la mayor discrepancia saldrán las mejores decisiones”, afirma Raúl Castro
La Habana, 4 de abril. En apretado recuento de la situación social en Cuba tras la crisis hace casi dos décadas por el derrumbe de la Unión Soviética, el vicepresidente Carlos Lage dijo que “la doble moral, las prohibiciones, una prensa que no refleja nuestra realidad como queremos, una desigualdad indeseada, una infraestructura deteriorada, son las heridas de la guerra, pero de una guerra que hemos ganado”.
Lage habló el jueves ante el séptimo congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en el cual el historiador Eusebio Leal dijo que las recientes decisiones oficiales que han eliminado prohibiciones y emprendido cambios en la agricultura no son un asunto “cosmético”, sino que están “tocando cosas tan profundas como aquellas que en 1959, y aún antes, mi generación vio como la más alta aspiración: la justicia para los campesinos”.
El pasado viernes, el presidente Raúl Castro asistió a la clausura de la reunión y dijo que leyó resúmenes de todas las opiniones, con la mayoría de las cuales se manifestó de acuerdo y en discrepancia con otras. “Pero para eso luchamos”, agregó el mandatario, “para esa diversidad de opiniones. Ustedes me han escuchado decir que de la mayor discrepancia saldrán las mejores decisiones”.
La Uneac, que reúne a unos 8 mil creadores, eligió presidente para sus próximos cinco años al ensayista, poeta y etnólogo Miguel Barnet, un especialista en las relaciones de la cultura africana en América Latina y el Caribe.
La prensa extranjera no tuvo acceso al encuentro, pero algunas intervenciones fueron difundidas íntegramente, como las de Lage y Leal. Las reseñas de los medios locales indican que entre los asuntos más expuestos estuvieron interrogantes sobre el futuro de las jóvenes generaciones, fortísimas críticas a la televisión y al sistema educativo, y demandas de los intelectuales de mayores espacios institucionales de debate y de acceso a las nuevas tecnologías.
Los discursos del vicepresidente y el historiador mostraron rasgos del momento que vive Cuba, marcado por un ambiente social deliberativo que ha tomado fuerza en los últimos seis meses, un reconocimiento oficial, explícito y público, de problemas internos y cambios en la política oficial que van desde decisiones administrativas e impulsos al mercado interno hasta una nueva reforma agraria.
Al citar fenómenos como la “doble moral” (respaldar públicamente al gobierno y contradecir en la práctica privada ese discurso) y las “prohibiciones” (como las recién eliminadas para acceder a hoteles de primera o a la telefonía celular), Lage sugirió que han sido un costo inevitable de la crisis de los años 90.
Lage señaló que la situación tiene que analizarse con el antecedente de la década pasada, de “ausencia dramática de alimentos y medicamentos, de calles desoladas, de noches oscuras, de doble moneda”. Desde el colapso soviético, Cuba logró “sostener un ideal de justicia”, añadió.
El discurso de Leal fue transmitido íntegramente por la televisión el jueves en la noche. En el congreso fue acogido con una larga ovación y produjo un impacto que se diseminaba el viernes en conversaciones callejeras. Muchos quedaron sorprendidos cuando el historiador de la ciudad reivindicó a sus hijos emigrados.
“Yo no me avergüenzo de los que están fuera, porque mis hijos están fuera”, dijo Leal. “Jamás me avergonzaré de mi condición de padre, jamás les quitaré a ellos el nombre de cubanos, ellos decidieron su camino, siempre y cuando no hagan armas contra la patria que los vio nacer o levanten su mano contra el que les dio el nombre”.
Durante casi tres décadas, el gobierno cubano se mantuvo hostil contra los emigrados, a quienes llamó “gusanos”, sin distinguir entre quienes actuaban violentamente contra la isla y el resto; a finales de los 80 se inició el diálogo con algunos y en la práctica la relación se ha distendido con la mayoría, pero Leal llevó la mano extendida hasta un punto en que nunca antes se había situado públicamente un funcionario.
Leal agregó que “todos estamos esperanzados”, porque el país “asume que lo que hasta ayer no fue conveniente o prudente, hoy es necesario”, e invitó a los intelectuales a prepararse “para el nuevo destino del país”. Llamó “general presidente” a Raúl Castro y recordó que en el siglo XIX, durante la guerra de independencia, ya hubo casos en que coincidieron ambas calidades.