■ El gobernador del Banco de México advierte de riesgos en inflación y crecimiento
Difieren Guillermo Ortiz y Agustín Carstens sobre el impacto de la crisis de EU en México
Ampliar la imagen El presidente de la Asociación de Bancos de México, Enrique Castillo Sánchez, conversa con Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, durante la clausura de los trabajos de la convención bancaria Foto: Notimex
Acapulco, Gro., 4 de abril. La convención bancaria que hoy concluyó en este puerto confrontó dos visiones sobre el impacto de la crisis estadunidense en la economía mexicana. El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, advirtió que “tanto los riesgos sobre la inflación como sobre el crecimiento son particularmente significativos” para el país.
En el mismo foro, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, apuntó: “en general, la fuerza de la economía interna ha podido contrarrestar la desaceleración proveniente del exterior y en esto la banca ha contribuido de una manera significativa”.
Guillermo Ortiz, en tanto, planteó que la crisis del sistema financiero estadunidense, derivado del otorgamiento indiscriminado de créditos hipotecarios sin garantía adecuada, es uno de los “canales de contagio” por los que se puede ver afectada la economía mexicana.
Expuso que “una fuente de contagio” de la crisis estadunidense en México podría ser a través de una contracción del crédito por parte de los bancos mexicanos filiales de bancos del exterior, que hayan sufrido pérdidas importantes.
“Las pérdidas obligarán a muchas instituciones financieras internacionales a restringir sus políticas de otorgamiento de crédito, a reducir sus posiciones de mayor riesgo e inclusive a transferir algunas de sus subsidiarias. Esas medidas podrían tener impactos desfavorables sobre las economías donde se ubican las filiales. Por ahora no parece ser el caso, pero hay que estar atentos”, añadió.
El gobernador del banco central mencionó que las pérdidas causadas por la crisis del sistema financiero estadounidense se elevan a un billón 200 mil millones de dólares, una magnitud que, comparativamente, rebasa en 33 por ciento o 300 mil millones de dólares el valor del producto interno bruto mexicano.
Los cuatro principales bancos que operan en México son filiales de instituciones extranjeras: Banamex, del estadounidense Citigroup, una de las firmas más golpeadas por la crisis estadounidense; están los españoles BBVA Bancomer y Santander; y el inglés HSBC.
Sobre lo que denominó “canal de contagio real”, Ortiz Martínez señaló que hasta ahora las cifras oportunas asociadas con la actividad económica mexicana aún no reflejan una desaceleración significativa ni generalizada.
Pero, acotó, el choque actual no proviene del sector manufacturero como en la recesión estadounidense de 2001, sino se originó en el sector inmobiliario y se transmitió a través del sistema financiero. “Por ello, cabe esperar que el impacto que tenga el desempeño de la economía de Estados Unidos sobre la de México sea de otro orden de magnitud que el observado en 2001”
En esta ocasión, comentó, la crisis financiera no se ha originado en un país en desarrollo, sino en el centro financiero más importante del mundo y su impacto tiene ya un alcance mucho mayor al de otras crisis ocurridas durante las últimas décadas.
Por ello, tanto los riesgos sobre la inflación sobre el crecimiento de la economía mexicana son particularmente significativos, dijo. Durante 2008, la inflación podría verse afectada adicionalmente por el impacto sobre los precios causado por el nuevo régimen tributario –que entró en vigor en enero– y la economía mexicana se vería especialmente afectada por una desaceleración en Estados Unidos.
A partir de una cita de Séneca (el filósofo romano de carácter moralista que vivió entre el 4 aC y el 65 dC), quien según Carstens dijo que “cuando el navegante no sabe a qué puerto se dirige, todos los vientos le son contrarios”, el secretario de Hacienda sostuvo que en México, en medio de este entorno internacional incierto, “contamos con esas herramientas decisivas para una navegación venturosa”.
Agregó: “sabemos, sin lugar a dudas, el destino que buscamos, un crecimiento económico acelerado, con fundamentos estables, que no den lugar a sobresaltos, contamos con una nave sólida, gracias a unas finanzas públicas sanas, gracias también a un entorno de baja inflación y estabilidad de precios, que son resultado de la acción coordinada de la política monetaria y de la política fiscal en los últimos años”.
Carstens apoyó toda su exposición en esa analogía marítima. “La nave es sólida también gracias a un sistema financiero saneado, con altos índices de capitalización y en pleno proceso de expansión. Disponemos asimismo de buenas cartas e instrumentos de navegación, de un marco jurídico que se ha venido reformando en los últimos años, que ya ha mostrado su idoneidad para estimular al crecimiento de la banca y de los intermediarios financieros y que está atemperado por una regulación que promueve, a la vez, la competencia y la prudencia”.
Mencionó que las instituciones de la banca de desarrollo incrementarán en 74 mil millones de pesos el crédito directo e inducido con garantías, lo que representa un crecimiento de más de 20 por ciento.