■ El gobierno y el sector privado de México reprobaron la medida anunciada por Chávez
Rechazo a la nacionalización de la industria cementera en Venezuela
■ Las acciones de Cemex en la Bolsa Mexicana de Valores se desplomaron este viernes
■ Ministro de Industria acusa a esa y otras compañías de “cartelización” y encarecer el producto
Ampliar la imagen Planta Mara, propiedad de la compañía mexicana en Lago Maracaibo, al oeste del estado de Zulia, Venezuela Foto: Cemex
La nacionalización de la industria cementera en Venezuela, anunciada por el presidente Hugo Chávez, fue reprobada por el gobierno y el sector privado de México, al tiempo que provocó que las acciones de la empresa Cementos Mexicanos (Cemex), que controla el 52 por ciento de la producción cementera en el país sudamericano, se desplomaran en la jornada del viernes de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
El gobierno venezolano, a través del ministro de Industrias Básicas, Rodolfo Sanz, justificó la nacionalización al acusar a las empresas cementeras de incurrir en una “cartelización” al propiciar un encarecimiento de los productos que fabrican y desabasto en el mercado interno, al optar por exportar la mayoría de su producción.
“Estas empresas se ponen de acuerdo para fijar el precio del cemento, trabajan muchas veces por debajo de su capacidad para no impactar hacia abajo los precios del cemento, exportan una gran cantidad de las toneladas métricas que producen anualmente a todo el mundo y en algunos casos desabastecen al mercado interno”, declaró el funcionario, de acuerdo con las agencias Reuters y DPA.
En la Ciudad de México, el presidente Felipe Calderón aludió a la expropiación venezolana durante una reunión que sostuvo con empresarios hispanomexicanos, al ponderar que, a diferencia de otros países, aquí se ofrecen condiciones claras de certeza, seguridad y confianza para los inversionistas.
La situación en México, enfatizó, contrasta con “el entorno regional donde la inversión global tiene síntomas de preocupación por la incertidumbre acerca del respeto a los derechos de propiedad y a los derechos patrimoniales, preocupación en torno a las acciones del gobierno que dañan o alteran la seguridad jurídica”.
Más directo, el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Agustín Carstens, calificó como “una acción inadecuada” y “reprobable” la decisión del gobierno venezolano de expropiar los activos de las empresas cementeras.
“Es una acción inadecuada donde no se respetó la propiedad y el derecho de los mexicanos” declaró Carstens, en el marco de la 71 convención bancaria celebrada en Acapulco.
En el mismo lugar, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, opinó: “es evidente que deberían de respetarse los derechos de propiedad de las empresas establecidas en otros países, es un principio fundamental de la convivencia internacional”.
Para Guillermo Prieto Treviño, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la decisión del gobierno venezolano “es una práctica de mercado totalmente fuera de contexto y de lo que tiene que ser la motivación del sector privado de invertir en un país. Obviamente el mensaje que eso significa para Cemex y para los otros inversionistas, es muy desafortunado”.
El presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), Valentín Díez Morodo, demandó la intervención del gobierno mexicano y anunció que los empresarios mexicanos se mantendrán en “alerta” del marco legal vigente en los distintos países, o sea, las “reglas del juego”, para estar debidamente protegidos.
En Venezuela, recordó, hay una gran cantidad de compañías mexicanas, entre ellas Bimbo, Maseca y Femsa, por lo que confió en que el diferendo con Cemex deberá resolverse “con la mejor armonía”, como ocurrió meses atrás cuando Bimbo y Femsa también tuvieron algunos incidentes.
Cemex continuó en Venezuela “con sus actividades habituales, en tanto se esclarece la situación”, ya que a pesar de haber transcurrido más de un día del anuncio de la nacionalización, hasta la noche de ayer no había recibido ninguna “comunicación oficial” al respecto.
La empresa, creada en 1906 y cuya sede corporativa se encuentra en Monterrey, envió a mediodía un escueto comunicado a la BMV donde informó haber “solicitado a las autoridades venezolanas la aclaración necesaria del anuncio del presidente Chávez para comprender las implicaciones de la nacionalización”.
“Nos encontramos en una etapa de espera” manifestó a La Jornada, Gerardo de la Torre, portavoz del corporativo que tiene presencia en 50 países de América, Europa, Asia, África y Medio Oriente, con una capacidad de producción anual de 97 millones de toneladas de cemento y de 77 millones de toneladas métricas de concreto premezclado.
El grupo que encabeza el neoleonés Lorenzo Zambrano asentó en un comunicado de prensa que el gobierno de México “nos ha informado que hará todo lo que esté a su alcance para proteger los intereses legítimos de la compañía como empresa mexicana en el exterior”.
Aún así, las acciones de Cemex, considerada como la tercera empresa cementera más grande del mundo, cayeron 3.87 por ciento de su valor en la BMV en la jornada de ayer.
Pese a ello, la calificadora Standard and Poors informó que el anunció de la nacionalización de Cemex “no tiene impacto en las calificaciones o perspectiva de la empresa”, aunque acotó que de concretarse la expropiación “generaría incertidumbre”.
El año pasado, las ventas globales de la compañía rebasaron los 21 mil millones de dólares, pero la unidad de Cemex en Venezuela aporta apenas un 3 por ciento de las ventas totales y el 4 por ciento de sus utilidades antes de impuestos, intereses, depreciación y amortización.
El corporativo mexicano, cuyo principal mercado es Estados Unidos, logró posicionarse en la nación sudamericana como el mayor fabricante de cemento y hormigón con tres plantas que tienen una capacidad de producción de 4.6 millones de toneladas de cemento al año.
Así que la calificadora sentenció: “no esperaríamos un impacto significativo sobre el perfil financiero y de negocios de la empresa como resultado de la potencial nacionalización”.
En contraste a la caída registrada en la BMV, la Bolsa de Caracas subió 1.35 por ciento debido a que los títulos tipo uno de la empresa se dispararon 10.6 por ciento en su precio y los de tipo dos en 16.46 por ciento.
Las otras afectadas
Además de Cemex, otras empresas afectadas con la nacionalización de la industria cementera son Holcin y Lafarge, de Suiza y Francia, respectivamente, países con los que Venezuela tiene acuerdos sobre el tema de expropiaciones, a diferencia de México.
Cabe recordar que desde el año pasado, el presidente Hugo Chávez emprendió una campaña de nacionalización de los sectores estratégicos de la economía venezolana, que comenzó con la industria petrolera, las empresas eléctricas y el sector de las telecomunicaciones.
De acuerdo con AFP, Francia también pedirá explicaciones a Venezuela y a partir de un acuerdo que recientemente firmaron ambos países, todas las medidas de expropiación deben dar lugar al pago de una indemnización rápida y adecuada, cuyo monto sea igual al valor real de las inversiones.
En Suiza se informó que las autoridades de ese país entrarán en contracto con Venezuela para abordar el problema. Desde 1994, ambos países tienen un acuerdo de proteccion de inversiones extranjeras que prevé indemnizaciones para empresas nacionalizadas, informó Antje Baerstchi, secretaria de economía de Suiza.