Número 141 | Jueves 3 de abril de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus



Jóvenes vigilando políticas públicas a favor de la prevención del VIH

En México la mayoría de las personas que viven con VIH son menores de 34 años, hecho que coincide con lo informado por fuentes internacionales como el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida, el cual reporta que 50 por ciento de los nuevos casos se concentra en jóvenes de entre 10 y 24 años de edad. La Declaración Política firmada por representantes de gobiernos que participaron en la Sesión Especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (UNGASS) entre el 31 de mayo y el 2 de junio del 2006, señala la grave preocupación de que la mitad de todas las nuevas infecciones de VIH se encuentran en jóvenes menores de 25 años y que existe una falta de información, habilidades y conocimiento sobre el VIH entre la juventud.

En México, de acuerdo al Centro Nacional de Prevención y Control del Sida (Censida) hasta el 15 de noviembre del 2007 se habían registrado 115,651 casos de sida, de los cuales 90,040 se encuentran entre los 15 y 44 años de edad, lo cual representa un porcentaje de 78.6 por ciento del total. Estas cifras nos muestran que a pesar de no contar con datos desagregados para el grupo de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, éstos se encuentran incluidos en el grupo más afectado por la pandemia. Esta es una razón más que justifica la necesidad apremiante de proveerles de herramientas como la educación sexual integral, que les permita vivir una sexualidad libre, informada y responsable.

Ante tal panorama, en Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) nos propusimos generar acciones de promoción para el mejoramiento en programas públicos de salud y de solución integral a los problemas nacionales en cuestión de educación sexual y prevención del VIH y sida, derechos humanos, estigma y discriminación, fomentando la inclusión de las perspectivas juveniles en las políticas públicas. En el marco de la Campaña Mundial del Sida 2005-2006, el Comité de Prevención del Consejo Nacional para la Prevención y el Control del SIDA (Conasida) se propuso realizar una Campaña Nacional de Educación en la Sexualidad bajo el lema “Educación en la sexualidad: Nuestro compromiso”.

En conjunto con las organizaciones que conforman el Comité Promotor de la Campaña “Hagamos un Hecho nuestros Derechos”, en CDD decidimos sumarnos a la Campaña Nacional a través del proyecto financiado por Censida denominado “Monitoreo y seguimiento de Programas de Prevención de VIH/SIDA por líderes jóvenes ‘Educación en la Sexualidad: nuestro compromiso’”. Durante el proyecto se realizó un diagnóstico que brindó elementos para conocer la situación estatal de los programas públicos sobre educación sexual y prevención del VIH. Participaron jóvenes de 23 estados: Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, México, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán, Zacatecas y el Distrito Federal.

Al final del proyecto, los participantes realizaron una agenda política, la cual enfatiza la importancia de la presencia de jóvenes en los espacios de toma de decisiones y el fortalecimiento de liderazgos en los estados. Además logramos hacer recomendaciones a los programas nacionales con la finalidad de que éstos sean más efectivos en la erradicación de la pandemia. Entre éstas se incluyen el establecimiento de mecanismos para la rendición de cuentas en el tema de prevención del VIH, la descentralización de recursos dirigidos a la prevención del virus por parte del gobierno federal y la obtención de presupuestos etiquetados. Así mismo se destaca la promoción de financiamientos para proyectos de prevención en los estados y la creación de servicios especializados en la atención a la población juvenil, con enfoque de género y derechos humanos.

Este proyecto fue muestra de cómo las jóvenes y los jóvenes participan para crear acciones encaminadas a mejorar las políticas públicas, dirigidas a su sector poblacional, en un marco de laicidad, de respeto hacia los derechos humanos y de integralidad al ejercicio de la sexualidad.