■ Se presentan gracias a avanzadas técnicas computarizadas de copiado láser y proyección visual
Exhiben por primera vez en museo de Francia esculturas rupestres de 15 mil años
■ Fueron halladas en 1950 en las cavernas de Roc-aux-Sorciers, que jamás se han abierto al público
Ampliar la imagen El friso, de 18 metros de largo, contiene imágenes esculpidas de bisontes, caballos, gatos salvajes, cabras y figuras eróticas femeninas Foto: tomada de la página en Internet del museo
París. Esculturas rupestres prehistóricas, jamás vistas por el público, se exhiben en Francia gracias a las técnicas computarizadas más avanzadas de copiado láser y proyección visual.
Cerca de Poitiers, en el oeste del país, abrió un museo que muestra un milenio y medio de imágenes creadas por el hombre, desde puntas de piedra hasta computadoras. La estrella de la exhibición, en Angles-sur-L’Anglin, departamento de Vienne, será un friso de 18 metros de largo con bisontes, caballos, gatos, cabras y figuras eróticas femeninas, esculpidas hace 15 mil años en la piedra caliza de esa región de Francia.
Las cavernas de Roc-aux-Sorciers (Piedras de las Brujas) que contenían el friso fueron descubiertas por arqueólogas francesas y británicas en 1950, pero jamás se han abierto al público. Son un sitio único en su tipo en Europa: un equivalente bidimensional de las célebres pinturas rupestres de Lascaux, en Dordogne, 190 kilómetros más al sur, las cuales fueron creadas mil años antes.
Desde el domingo pasado el público puede visitar un centro construido a un costo de 2.7 millones de euros, en el que las esculturas originales y los contornos de los costados de la caverna se han recreado con precisión y en tamaño natural, mediante técnicas de copiado láser por computadora. A intervalos de media hora se proyectarán presentaciones de luz y sonido en el friso, para dar idea de la forma en que pudieron haberse creado las esculturas y cómo fueron descubiertas, hace 58 años.
Óscar Fuentes, director del centro, señala que la intención es ir más allá de la réplica en tamaño natural Lascaux II, construida en 1983 para preservar las cuevas de Lascaux de la exposición al aliento y al calor del cuerpo de los visitantes.
“Queremos convertir el friso en un lugar de descubrimiento científico, en el cual los visitantes hagan sus propios hallazgos –comenta. Queremos que lleguen a sus propias conclusiones y entiendan que su interpretación es tan buena como la de cualquiera.”
Las cuevas de Roc-aux-Sorciers fueron exploradas inicialmente por una arqueóloga francesa, Suzanne de Saint-Mathurin, y su asistente británica, Dorothy Garrod. Encontraron una cueva cuya bóveda, al derrumbarse, dejó al descubierto las esculturas humanas y de animales en las paredes. Cincuenta de estas imágenes se exhiben ahora en el museo de Saint-Germain-en-Laye, al oeste de París.
En otra caverna, la cual se cree que estuvo ocupada en el periodo Magdalena, hace 15 mil años, las arqueólogas encontraron un friso de 20 metros de largo con bellas esculturas en bajo relieve. Entre ellas hay siluetas humanas, caballos, bisontes, gatos salvajes, cabras y tres imágenes explícitas de la parte inferior de la anatomía femenina. La cueva nunca se abrió al público, con el fin de preservar las obras de arte prehistórico y permitir que continuara la exploración.
Se cree que las cuevas de Lascaux y otros sitios similares fueron santuarios visitados sólo con fines religiosos. La caverna de Roc-aux-Sorciers parece haber sido un lugar para vivir.
Geneviéve PinAon, jefa de arqueólogos del sitio, señala que la cueva, que mira al sur, estaba expuesta al sol gran parte del día en tiempos prehistóricos. Hace 15 mil años, Francia tenía un clima siberiano. La caverna debió de haber tenido un agradable microclima, ideal para servir de habitación.
“Pero, ¿qué significan estas esculturas? –se pregunta. ¿Qué significa ese perfil humano que parece sonreírnos? ¿Cuál es el significado simbólico de las tres mujeres, cuyas partes sexuales están esculpidas con realismo, al lado de un bisonte sentado? ¿Representan la vida y la muerte?”
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya