■ Empresas trasnacionales han comenzado ya a explorar en la zona del Golfo de México
Sugiere Green iniciar de inmediato pláticas con EU sobre yacimientos transfronterizos
■ Considera necesario renegociar la moratoria al acuerdo firmado en 2000 sobre el Hoyo de Dona
Al margen del debate sobre la reforma energética, el gobierno mexicano debe iniciar de inmediato negociaciones con Estados Unidos para repartir equitativamente los yacimientos transfronterizos del Golfo de México, ya que hay el peligro de que se pierda la riqueza petrolera porque empresas trasnacionales han comenzado ya a explorar en esa zona, advirtió la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Rosario Green.
Es necesario también, recalcó, ampliar la moratoria al acuerdo firmado con el vecino país en 2000, que permitió delimitar la frontera marítima en el polígono occidental del Golfo –conocido como Hoyo de Dona–, mientras se decide cómo y cuándo ir a la explotación en aguas profundas.
El país está inmerso, dijo, en la discusión sobre la reforma petrolera, “aunque aún no hay ningún proyecto”, pero más allá de ello el gobierno de Felipe Calderón debe preocuparse “por defender lo que ya existe y que pertenece a la nación mexicana”, a partir de las normas y los instrumentos internacionales.
Como secretaria de Relaciones Exteriores entre 1998 y 2000, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, Green encabezó las negociaciones para la firma de ese acuerdo y, con base en esa experiencia, insiste en que hay serios riesgos, toda vez que empresas trasnacionales están ya explorando en el área del Golfo y pueden extraer, por la vía del efecto popote el petróleo que pertenece a México, ya que los yacimientos son compartidos.
La senadora priísta recordó que cuando se negoció el acuerdo con Estados Unidos, en 2000, “en el polígono denominado Hoyo de Dona ni siquiera era claro que hubiera hidrocarburos, pero se requería contar con una demarcación bilateral, fronteriza y marítima con Estados Unidos, ya que las fronteras seguras son siempre una aspiración de cualquier país en virtud de la soberanía nacional”.
Dentro de la demarcación fronteriza entre México y Estados Unidos estaba el Hoyo de Dona, explicó, pero también otro polígono más al este, que involucra a Cuba. Las negociaciones, detalló, se intensificaron porque se pensó y se sigue pensando que hay importantes yacimientos de petróleo y gas, y porque se “comenzó a especular con la posibilidad de que Washington comenzaría a explotar los yacimientos y a llevarse los recursos que corresponden a México mediante el efecto popote.
Ello aceleró la negociación, en la que participó un grupo plural de senadores mexicanos, y al final se logró un tratado favorable, “porque casi 60 por ciento del polígono y de los recursos que en él se encuentran pertenecen a la nación mexicana”.
Al tratado se le puso una moratoria de 10 años, que vence en 2010, “para que en ese lapso se pudieran desarrollar tecnologías adecuadas o para encontrar una fórmula nuevamente de tipo internacional que permita la explotación de los yacimientos”. La moratoria, reiteró, puede ampliarse. Sin embargo, hay que destacar, agregó, que en 2000 el gobierno mexicano no sabía que “entre el polígono occidental y la costa estaba la llamada zona de El Perdido, que es transfronteriza y que sí tiene posibilidades de contar con yacimientos muy ricos”.
Por ello “hay que negociar rápidamente, porque cuando las empresas extranjeras, que ya están en la zona, comiencen a extraer petróleo, no van a tener medidores ni se van a tentar el corazón para decir, ‘bueno, no nos vamos a chupar todo el petróleo porque una parte es mexicana”’.
En ese contexto, sostuvo que la discusión que se ha dado sobre la falta de tecnología para explorar en aguas profundas es secundaria en ese espacio de El Perdido, “porque si empiezan las empresas extranjeras a operar ahí y a chuparse el petróleo mexicano, pues a lo mejor vamos a tener que llegar a un acuerdo para traernos nuestra parte”.
Incluso, “si no tuviéramos capacidad para explotar esos yacimientos, tenemos que encontrar la fórmula que nos permita algún tipo de explotación conjunta. Porque de lo contrario nos quedaríamos sin la riqueza, ya que son yacimientos que pertenecen a los dos países”.
–¿Hay jurisprudencia internacional para ello?
–Por supuesto que la hay. Es más, la Corte de La Haya, en casi todos los casos de yacimientos transfronterizos, como los del Mar del Norte que dieron lugar a controversias, dictaminó que hubiera un acuerdo para explotarlos equitativamente y así ha funcionado en países como Gran Bretaña, en el sentido de que los recursos son para todos y no para el que llegue primero.
Consideró que no es necesario llegar a la Corte de La Haya, sino sentarse a negociar con Estados Unidos un tratado similar al de Hoyo de Dona.
Green Macías dijo que está en contra de la privatización de Pemex, pero sobre todo “en contra de que trasnacionales se chupen el petróleo mexicano en el Golfo”, y sería la primera en encabezar manifestaciones a fin de impedirlo.