■ Durante 18 meses rendirán homenaje “al sueño” del fallecido bailarín y coreógrafo
La compañía de danza Alvin Ailey anuncia magna celebración por sus 50 años
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Integrantes de la emblemática compañía estadunidense de danza contemporánea
La compañía de danza contemporánea de Alvin Ailey, una de las más relevantes y simbólicas de Estados Unidos, anunció que a partir de este domingo comenzará los festejos por su 50 aniversario, con una serie especial de presentaciones.
“Con el espíritu y la pasión de Alvin Ailey en nuestros corazones, estamos felices de lanzarnos en 18 meses de celebraciones para homenajearlo”, anunció en conferencia de prensa Judith Jamison, actual directora artística de la agrupación.
El colectivo dancístico, que reúne principalmente a artistas negros, fue fundado en 1958 por el coreógrafo y bailarín Alvin Ailey, y se ha presentado en varias ocasiones en escenarios de México, sobre todo en el contexto del Festival Internacional Cervantino.
En el programa de actividades por el medio siglo de existencia de la institución, figura la puesta en escena de la obra Revelations, una de sus propuestas más exitosas, en varias iglesias neoyorquinas, donde se interpretarán al mismo tiempo cantos religiosos.
La compañía emprenderá en mayo una gira de un año por todo Estados Unidos, en la cual también impartirá cursos gratuitos de danza y ofrecerá una gala especial a finales de 2008 en Nueva York.
La Biblioteca del Congreso, por su parte, contribuirá al homenaje con una exposición a partir del 8 de mayo, en Washington.
En septiembre y octubre, el colectivo se embarcará en una gira internacional por Israel, Turquía, Rumania, Grecia, España e Italia.
El poder de la danza negra
Alvin Ailey nació el 5 de enero de 1931 en la comunidad de Rogers, Texas, y tuvo sus primeros contactos con la danza en la Universidad de California y Los Ángeles, donde ingresó al Lester Horton Dance Theatre, en 1949.
Unos años más tarde, Ailey llegó a Nueva York, donde comenzó a llamar la atención por la fuerza y gracia de sus actuaciones, al mismo tiempo que estudiaba con algunos de los maestros más prestigiados, como Martha Graham, Charles Weidman, Doris Humphrey y Hanya Holm, entre otros.
Ya consolidado, el artista empezó a formar su propia compañía, con la que llevó a escena coreografías de otros creadores importantes, entre ellos Anna Sokolow, Katherine Dunham y el mexicano José Limón, así como de su autoría.
Entre sus obras más importantes, en las cuales combinaba el ballet moderno, el jazz, el ballet y la danza étnica, figuran Blues suite (1958), Revelations (1960), Feast of ashes (1962) y Mass (1971, con música de Leonard Bernstein).
En 1979 le fue concedido el Premio Capezio por su contribución a la danza mundial, y en 1985, cuatro años antes de su muerte, se convirtió en el primer coreógrafo en ser nombrado profesor distinguido del City College, de Nueva York.