■ La “fuerza bruta” no puede suprimir el resentimiento, dice el secretario del Dalai Lama
Monjes tibetanos interrumpen en Lhasa una rueda de prensa con periodistas extranjeros
■ Acusan religiosos a autoridades chinas de mentir sobre incidentes que dejaron decenas de muertos
Pekín, 27 de marzo. Monjes tibetanos interrumpieron este jueves una reunión con la prensa en un templo en Lhasa, acusaron a las autoridades chinas de mentir sobre los disturbios y aseguraron que el Dalai Lama nada tuvo que ver con la violencia que se ha registrado en esa región del Himalaya, dijeron periodistas extranjeros.
El incidente representó un revés para el gobierno chino, que llevó a un selecto grupo de reporteros extranjeros a Lhasa, la capital de Tíbet, para un recorrido por la ciudad, donde las autoridades dicen que se ha restablecido la estabilidad desde que la violencia surgió el 14 de marzo.
El gobierno chino sostiene que sus fuerzas de seguridad actuaron con moderación, ante la controversia internacional por los disturbios a pocos meses de los Juegos Olímpicos de verano, en agosto.
Según la versión oficial, los incidentes se saldaron con 20 muertos: 18 civiles “inocentes” y dos policías. Las organizaciones tibetanas afirman que la represión dejó unas 140 víctimas fatales, mil heridos y numerosos detenidos.
Un grupo de jóvenes monjes que no estaban invitados en el Templo Jokhang, uno de los más sagrados de Tíbet y una de las principales paradas turísticas en el centro de Lhasa, entró por la fuerza en una rueda de prensa del administrador del templo.
“Unos 30 jóvenes monjes irrumpieron en la presentación oficial gritando ‘No les crean, los están engañando. Están diciendo mentiras’”, dijo por teléfono desde Lhasa el periodista Callum MacLeod, del diario USA Today, cuya base está en Pekín,.
Las imágenes de la cadena de televisión TVB de Hong Kong de la osada interrupción ante los primeros periodistas extranjeros a los que se les permite entrar en el Tíbet desde la violencia mostraban a los monjes con túnicas rojas, algunos llorando, rodeados de cámaras de televisión.
Los monjes dijeron que no habían podido abandonar el templo desde el 10 de marzo, cuando las manifestaciones surgieron en Lhasa durante el 49 aniversario de una sublevación fallida contra el gobierno chino que llevó al exilio en India al líder espiritual de Tíbet, el Dalai Lama.
Wang Che-nan, un camarógrafo de la cadena taiwanesa ETTV, dijo que el incidente duró unos 15 minutos, tras los cuales policías desarmados se llevaron a los monjes a otro lugar del templo, lejos de los periodistas.
Las agencias Reuters y Afp no fueron invitadas al viaje organizado por el gobierno chino.
Chhime Chhoekyapa, secretario del Dalai Lama, afirmó que el incidente dejaba claro “que la fuerza bruta sola no puede suprimir el largo resentimiento que existe en Tíbet”.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, alentó el miércoles a su par chino, Hu Jintao, a hablar con el Dalai Lama.
Hu dijo que China desea continuar manteniendo “contacto y discusiones” con el Dalai Lama, pero que éste debería renunciar a su apoyo a la independencia de Tíbet y Taiwán y “dejar de incitar y planear actividades violentas y criminales, y sabotear los Juegos Olímpicos”, informaron este jueves los periódicos.
Por otra parte, Pekín advirtió a la Unión Europea que no envíe una “señal engañosa” al Dalai Lama, al reafirmar que el de Tíbet es puramente un asunto interno, de cara a un encuentro de los ministros europeos de Relaciones Exteriores en el que se abordará la cuestión tibetana.
“Tíbet es, por completo, un asunto interno de China y no aceptamos ninguna injerencia extranjera”, declaró el portavoz de la cancillería de China, Qin Gang, al ser interrogado por periodistas sobre la reunión de ministros europeos, que se realizará este viernes y el sábado en Eslovenia.