■ Una decena de militantes del Mocri hicieron una minihuelga de hambre de dos días
Se suman 11 presos de Tacotalpa, Tabasco, al ayuno de 32 reos indígenas de Chiapas
■ Llevan 12 años encarcelados por decisión política del ex gobernador Roberto Madrazo
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Madres y esposas de indígenas presos en diferentes penales de Chiapas realizaron ayer una manifestación en la plaza central de Tuxtla Gutiérrez, para exigir la intervención del gobierno estatal para la liberación de los denominados presos políticos en huelga de hambre
Foto: Notimex
Son 32 los presos en huelga de hambre en tres penales de Chiapas, y 11 más en el ayuno que ya se expandió a la cárcel municipal de Tacotalpa, Tabasco. Son 43 indígenas. No se confundan con otros 10, militantes del Mocri, quienes sólo “hicieron” huelga de miércoles a jueves, mientras sus familiares negociaban con el gobernador Juan Sabines; esto, al margen del plantón que sostienen frente al palacio de gobierno en Tuxtla Gutiérrez los familiares de los presos de El Amate que se reclaman perseguidos políticos. En el mismo Cereso 14, de Cintalapa, los miembros de la Voz del Amate, la Cioac y el “grupo zapatista” cumplieron 32 días sin comer. Su precursor, Zacario Hernández, salió libre a los 35 días de protesta.
Mientras el gobierno de Chiapas minimiza numérica y mediáticamente a los presos que dejaron de ingerir alimentos hasta que se les haga justicia, la protesta ya también es un problema para el gobierno de Tabasco, donde ahora ayunan dos indígenas, bases de apoyo del EZLN. Ellos llevan 12 años en la cárcel de Tacotalpa por decisión política del ex gobernador Roberto Madrazo Pintado, sostenida por sus sucesores Manuel Andrade Díaz y Andrés Granier Melo. La junta de buen gobierno de Roberto Barrios demandó esta semana su liberación; además, uno de ellos necesita urgentemente atención médica.
Pero los gobiernos no tienen prisa: el de Tabasco no se da por enterado; el de Chiapas prefiere difundir falsamente que 12 presos de Playas de Catazajá habrían suspendido “voluntariamente la huelga de hambre”, y hasta da los nombres en un boletín del pasado domingo. De ellos, sólo tres lo hicieron en realidad, y fue por decisión colectiva de todo el grupo de tzeltales: Pablo Gutiérrez Hernández tiene una bala en la cabeza, y Javier Sánchez López y Elías Sánchez Gómez (hijo) no han cumplido 20 años; proteger a los jóvenes hace sentido en el pensamiento campesino, las presiones gubernamentales nada tuvieron que ver.
Se documentó que tres más fueron detenidos durante la presente administración chiapaneca: Esteban y Timoteo Sánchez Gómez el 6 de enero de 2007 en Cancún, donde estaban de albañiles, y Fidencio Sánchez Gutiérrez en el camino de Damasco (Ocosingo) el 6 de abril. Todos del ejido Busiljá, y presos en Playas de Catazajá por acusaciones falsas del grupo del ex diputado priísta Pedro Chulín Jiménez.
A los 10 fugaces “huelguistas” del Mocri (con quienes durante dos días la cifra de manifestantes llegó a 56) les siguieron sus tres compañeros que se unieron el 10 de marzo al movimiento iniciado por Pueblo Creyente, y luego la Voz del Amate. La mañana del jueves, sus familiares se daban la mano con el gobernador Sabines en las primeras planas de los diarios locales, pues él “no es responsable, sino el gobierno anterior”. Esa organización se confrontó con el ex mandatario Pablo Salazar Mendiguchía y su fiscal, Mariano Herrán Salvatti, funcionarios para quienes la propaganda oficial tiene reservado el papel de “únicos responsables” de la justicia mal aplicada, cosa “del pasado”.
Los huelguistas de la Voz de los Llanos, adherentes de la otra campaña en el Cereso 5 de San Cristóbal de las Casas, reportaron que Antonio Díaz Ruiz, de Simojovel, ha presentado naúseas y malestar, pero la protesta sigue “con muchos ánimos”, según ellos mismos mandan decir a sus abogados.