Usted está aquí: jueves 27 de marzo de 2008 Política Plantean diputados priístas condiciones al diagnóstico sobre Pemex que les envió Calderón

■ Piden hacerlo eficiente y que la renta petrolera sea íntegramente para los mexicanos

Plantean diputados priístas condiciones al diagnóstico sobre Pemex que les envió Calderón

■ Demandan revisar el destino de los excedentes y evitar la discrecionalidad en su distribución

Roberto Garduño y Víctor Ballinas

El diagnóstico para el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), enviado por el gobierno de Felipe Calderón al grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados, sostiene que la industria petrolera nacional enfrenta retos que se traducen en la necesidad de plantear cambios para sostener los niveles actuales de producción ante el agotamiento de los campos productores, alcanzar ritmos de explotación para lograr la seguridad energética, abatir la importación de gasolinas, asegurar el abasto y superar los rezagos, todo ello mediante la celebración de asociaciones con empresas privadas.

En respuesta, un grupo de diputados del partido tricolor presentó un pliego de acciones para hacer factible la reforma energética, con el fin de hacer eficiente la empresa otorgándole autonomía en gestión y finanzas, y garantizar que la renta petrolera sea íntegramente para los mexicanos.

El texto gubernamental considera “ilustrativo observar que la explotación del Golfo de México en las aguas profundas de Estados Unidos, se lleva a cabo únicamente mediante la asociación de diversas empresas. La explotación de las aguas profundas del Golfo de México en la jurisdicción de Estados Unidos ha sido exitosa; se prevé que para el año 2012 la producción de esa zona será cercana a los 2 millones de barriles diarios; actualmente alcanza el millón de barriles al día. No obstante, eso ha sido resultado de más de 15 años de exploración y desarrollo, en el que han participado a través de diversas asociaciones prácticamente todas las empresas petroleras del mundo”.

En el diagnóstico gubernamental se advierte que “para el caso de México el potencial de hidrocarburos en las aguas profundas, en jurisdicción nacional, alcanza los 45 mil millones de barriles (monto superior al de Cantarell), sin embargo, es impensable que Pemex por sí solo pueda materializar estos recursos en un tiempo razonable en beneficio del país. Petróleos Mexicanos es la única empresa petrolera del mundo a la que no se le permite asociarse con terceros”.

Por tal razón, la propuesta para México del gobierno de Felipe Calderón se centra en que “se le debe permitir a Pemex la celebración de asociaciones para la exploración de campo, que por su complejidad demanda multiplicar la capacidad de ejecución de Pemex o incorporar nuevas tecnologías”.

Adicionalmente insiste en que para la mejor explotación de los campos, actualmente en declinación, es necesario mejorar el tipo de contratos de servicio que la paraestatal puede celebrar. En ese sentido, “se le debe permitir realizar contratos en los que la remuneración se pueda establecer en función del desempeño, a diferencia del esquema actual según el cual el pago no se modifica, se identifiquen más o menos reservas o se genere mayor o menor producción”.

En torno al régimen fiscal de la empresa, el gobierno de Felipe Calderón considera que ante la complejidad de los campos petroleros que Pemex tiene por delante, será necesario adecuar el régimen fiscal para que éste reconozca las características particulares de cada tipo de cuenca.

Además, a través de la inversión complementaria, a partir del crudo nacional incrementaría la producción de petrolíferos.

Al conocerse la propuesta del gobierno en torno a Petróleos Mexicanos, un grupo de legisladores del Revolucionario Institucional respondieron al texto oficial. A través de la Fundación Colosio, que encabeza Francisco Rojas Gutiérrez, se advierte que se debe “aprovechar mejor nuestro petróleo con una reforma energética integral, con una visión de largo plazo, que permita una transición ordenada y gradual para los próximos 30 años, donde se combinen el mejor aprovechamiento de los combustibles con las energías alternativas”.

Asimismo, “partir del principio fundamental de que la renta petrolera y el usufructo del valor agregado del mercado interno, debe ser íntegramente para los mexicanos. Llegar a los acuerdos necesarios para que la paraestatal pueda erogar sus significativas disponibilidades sin alterar los equilibrios macroeconómicos.

“Revisar el destino de los excedentes petroleros y evitar la discrecionalidad en su distribución, para destinar más recursos a la inversión de Pemex; despetrolizar las finanzas públicas al mismo tiempo que se le dejen más recursos a la empresa, sin descuidar los requerimientos sociales y las participaciones a los estados.”

Finalmente, “absorber las deudas de los Pidiregas y el pasivo laboral por parte del gobierno federal para permitirle a Petróleos Mexicanos obtener los recursos en mejores condiciones para financiar sus inversiones y servir la deuda asumida”.

 
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