El Correo Ilustrado
De donativos y santuarios
Uno de los personajes de un cuento de Juan Rulfo de El llano en llamas le dice a su compañera, al llegar a una tierra extraña: “¿En qué país estamos, Agripina?”
Yo no sé en qué país estamos.
El día de ayer se confirmó públicamente la noticia de que el gobernador del estado de Jalisco, Emilio González Márquez, le regaló a la Iglesia católica –del erario, por supuesto, no de su bolsillo– 90 millones de pesos como ayuda para la construcción del llamado Santuario de los Mártires Mexicanos que se levantará en memoria, por supuesto, de los soldados de Cristo Rey muertos durante el conflicto religioso que sufrió México en el siglo pasado, no en memoria de los también soldados que estaban del otro lado y que eran también cristianos en su inmensa mayoría.
Tampoco, al parecer, Emilio González Márquez sabe en qué país vive: una nación en la cual el Estado y el gobierno están separados hace más de 100 años, y por lo mismo ningún gobierno está autorizado a darle un solo centavo a la Iglesia, no digamos 90 millones de pesos, que servirían, entre otras cosas, para construir aulas decentes o mejorar los servicios de salud.
Algo, sin embargo, sí sabemos de este país, y es que vivimos en un México que puede mostrar al mundo, con orgullo, la gran tolerancia que reina en él: toleramos la inmunidad del padre Maciel y del ex gobernador Montiel. Toleramos la desfachatez y el cinismo de Mouriño. Toleramos la lenidad cómplice del poder de aquellos ministros de la Suprema Corte que abandonaron a Lydia Cacho.
El regalo que hizo González Márquez a la Iglesia –con el dinero de los contribuyentes, que es de todos los mexicanos– viola de manera brutal una de las razones fundamentales de la existencia del Estado mexicano.
¿También esto lo vamos a tolerar?
Fernando del Paso
Continúa Enrique Krauze
Estimado Arnaldo: Te agradezco el tono y el contenido, inesperadamente ponderados, de tu carta. Acepto tu sugerencia de reunirnos. Espero que tu aval a los bloqueos de aeropuertos, vías públicas y edificios del Estado no bloquee tu disposición a debatir con tolerancia y apertura las ideas.
Tu amigo.
Enrique Krauze
Responde Arnaldo Córdova
Estimado Enrique: A quienes denigran a los izquierdistas, diciendo que no sabemos dialogar y que los liberales son iguales, ahora tenemos oportunidad de darles una buena lección. En tu oficina constan mis direcciones. Espero tu llamada. Sólo quiero decirte que la idea de bloquear aeropuertos, vías públicas y edificios del Estado no es mía, aunque luego te diré si la avalo.
Por lo demás, ya te he podido demostrar que no soy tu enemigo y que me interesa dialogar contigo.
Tu amigo.
Arnaldo
Propuesta de académicos de la UAM
Las universidades públicas constituyen un patrimonio para el bien común que debemos fortalecer y cuidar con esmero. La huelga estallada por el SITUAM se ha prolongado hasta límites que ponen en riesgo ese patrimonio. Preocupados por el empantanamiento del conflicto, un grupo de profesores del Departamento de Economía de la UAM-A hemos decidido convocar a los trabajadores académicos y administrativos a la realización de una consulta en torno a la conveniencia del regreso inmediato a nuestras labores, con la aceptación de la mejor oferta que hasta el momento se haya logrado negociar entre ambas partes. Conocer la opinión de ambos sectores de trabajadores sería un elemento fundamental para orientar las decisiones de las autoridades y del SITUAM, misma que cristalizaría en beneficio de la comunidad universitaria.
Al hacer pública nuestra decisión, los estamos invitando a que desde su espacio contribuyan a que esta consulta se realice. A rectoría general y al SITUAM les solicitamos recursos para financiarla. A las diferentes autoridades de las cuatro unidades, a coadyuvar con sus buenos oficios para promoverla, y a los trabajadores académicos y administrativos a nombrar responsables desde sus instancias para su realización. Para continuar con la siguiente etapa de la organización de esta iniciativa, esperamos su respuesta a más tardar el próximo jueves 27 de marzo a la siguiente dirección: consulta.uam@gmail. com. A la sociedad le pedimos se mantenga informada y atenta sobre el curso de un conflicto sensible para el futuro de la universidad pública y del país.
Atentamente.
Raúl Morales Castañeda, Jesús Zurita González, A. Felicity Williams, Juan Andrés Godínez, Ricardo M. Buzo de la Peña, Ernesto Turner Barragán, Fernando J. Chávez, Alfredo Sánchez Daza, Ricardo Padilla Hermida, Edith Klimovsky, Rosa Albina Garavito Elías, Mauro J. Cuervo Morales, Fernando Jeannot, Jordy Micheli, María José Rhi Sausi, Eloy González, Xóchitl Guevara, Agustín Cue Mancera, Santiago Ávila Sandoval, Lucino Gutiérrez, Ramiro de la Rosa, Josefina León León y Jorge Ludlow Wiechers
Comenta misiva
El señor Jaime Velasco Luján, en carta publicada el lunes 24, pretende refutar que “el Tíbet es parte de China desde principios del siglo XVII”, porque según él “a un territorio autónomo no se le invade y asesina, como ocurrió en 1949, con el Tíbet”. Dejo de lado su extraña sintaxis y le recuerdo que no en 1949, sino en 1950, llegaron al Tíbet los primeros contingentes del ejército revolucionario, que acababa de derrotar a las fuerzas de Chiang Kai Shek, las que hasta entonces solaparon el régimen teocrático y esclavista. Teocrático porque en su cúspide tenía al Dalai Lama y a otros monjes practicantes del budismo, doctrina a la que en todo el mundo se considera como religión, lo que confirman los tratadistas y hasta los diccionarios más comunes, como el de María Moliner, quien define teocracia como el “gobierno ejercido por la clase sacerdotal de un país”. (Además, me permito aclararle que Jesús, también otro hombre, fundó otra doctrina hoy llamada cristianismo.)
Sobre aquello de que en el Tíbet “nunca hubo esclavitud porque los tibetanos son los seres más espirituales del mundo”, le recuerdo al señor Velasco Luján que el esclavismo en Grecia, en China o en Estados Unidos lo ejercían señores muy religiosos y muy espirituales. Por último, omite usted mencionar que los espirituales tibetanos se dedicaron el día y la noche del 14 de marzo a quemar y vandalizar comercios, lo que dio por resultado que en sólo ese día cinco personas murieran. Mejor no ser tan espiritual, pero sí más respetuoso.
Marusia Musacchio