■ Plantean que se exija a Colombia la reparación de los daños
Luego de casi un mes, el Senado pide que el gobierno federal condene la masacre
A casi un mes del ataque del ejército colombiano a un sitio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el que perecieron cuatro estudiantes mexicanos, el Senado lamentó el hecho y demandó al gobierno federal que condene lo ocurrido, exija que se aceleren las investigaciones y promueva, de ser posible, la reparación del daño.
La senadora Rosario Ibarra no estuvo de acuerdo con esto último: “Me irrita que se pida reparación del daño, porque es como dar permiso para seguir matando”.
En la Cámara de Diputados, a propuesta del PRD se guardó un minuto de silencio por los jóvenes muertos durante el bombardeo contra las FARC.
Desde su curul, la diputada perredista Maricela Contreras Julián advirtió que “es vergonzoso” que el Congreso no se haya manifestado en torno a la violación a la soberanía de Ecuador que perpetró el gobierno de Álvaro Uribe y que dio como resultado una masacre en contra de integrantes de la guerrilla colombiana y personas que se encontraban en ese campamento.
Con tales argumentos, desde su curul, Contreras obligó a la presidenta de la Cámara, Ruth Zavaleta, quien hizo una mueca de disgusto, a ordenar que todos se pusieran de pie para guardar un minuto de silencio y “acompañar a los muertos en su luto (sic)”.
En el Senado, el panista Ramón Galindo propuso un punto de acuerdo centrado en condenar exclusivamente a las FARC y exigir la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, pero el PRD, por conducto de Tomás Torres y de José Luis García Zalvidea, planteó que se incluyera la exigencia al gobierno federal de pedir que se esclarezca el asesinato de los estudiantes mexicanos que se ehallaban en el campamento de las FARC en Ecuador.
García Zalvidea recalcó que fue un crimen de Estado el que perpetró el ejército colombiano el pasado primero de marzo, y que más allá de la orientación ideológica o las prácticas políticas de los estudiantes masacrados, el gobierno de Calderón no puede seguir evadiendo su responsabilidad de “condenar abiertamente” el hecho, ya que se trata del asesinato de mexicanos a manos de un gobierno extranjero.
El punto de acuerdo se aprobó en esos términos, luego de que el también perredista Francisco Castellón deploró el “vergonzoso silencio” que ha guardado Calderón y las maniobras mediáticas para “linchar” a los estudiantes muertos en el operativo del ejército colombiano, así como para satanizar a las universidades públicas, en especial a la UNAM.
Igualmente, la senadora Rosario Ibarra advirtió que ella también quiere que las FARC liberen a Betancourt y a los demás secuestrados en Colombia, pero también que haya noticias de los 557 desaparecidos políticos en México “que todavía reclamamos a los distintos gobiernos”.
En San Lázaro, la perredista Contreras Julián criticó que la Cámara de Diputados no haya formulado ningún pronunciamiento ante los “señalamientos absurdos” de que la UNAM es un “semillero de guerrilleros”.
Con dureza, calificó de asombrosa la campaña mediática impulsada por los medios afines al gobierno contra la universidad; han imputado, dijo, “a las personas fallecidas y a Lucía Morett ser miembros de la guerrilla colombiana.