■ Si ese fuego es sagrado, los derechos humanos lo son más, argumentó RSF
Manifestantes irrumpen en ceremonia de la llama olímpica
■ El presidente del COI, Jacques Rogge, lamentó lo sucedido y anunció una tregua
■ Arrancó el periplo de 137 mil kilómetros que culminará el 8 de agosto en el estadio de Pekín
■ China reforzará la seguridad en el recorrido
■ Una ecologista tailandesa rechazó portar la antorcha
Ampliar la imagen La actriz griega Maria Nafpliotou interpretó a la suma sacerdotisa, encargada de encender la flama olímpica en la antigua Olimpia Foto: Reuters
Ampliar la imagen Un manifestante fue detenido por la policía mientras el responsable del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Pekín, Liu Qi, leía un discurso Foto: Reuters
Antigua Olimpia, 24 de marzo. Manifestantes en favor de los derechos humanos quebraron este lunes las estrictas medidas de seguridad en el antiguo estadio de Olimpia, en Grecia, e intentaron detener la ceremonia de encendido de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Justo antes de que prendieran la llama olímpica, tres manifestantes se las ingeniaron para burlar un nutrido cordón policial. Uno de ellos, que portaba una pancarta negra con cinco esposas entrelazadas, asemejando el diseño de los aros olímpicos, se acercó a unos metros del responsable chino del Comité Organizador de la justa veraniega, Liu Qi, pero rápidamente fue detenido por la policía.
En el incidente, otro manifestante gritó “libertad, libertad”, y desplegó una bandera que decía “boicot al país que pisotea los derechos humanos”, mientras la televisión oficial griega cambió de inmediato la transmisión a otra imagen.
“La llama olímpica irradiará luz y felicidad, paz y amistad, y esperanza y sueños para la gente de China y de todo el mundo”, expresó Liu Qi al público.
Pide el COI ambiente de paz
“Hacemos hoy el anuncio de la tregua olímpica”, informó el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. “Los Juegos Olímpicos deben celebrarse en un ambiente de paz”, añadió antes del encendido de la llama, que inició un periplo de 137 mil kilómetros que culminará el 8 de agosto en el estadio olímpico de Pekín.
El cielo nublado añadió cierta tensión a la ceremonia. Tras más de un minuto de espera, el fuego finalmente se encendió gracias al efecto de los rayos de sol sobre un espejo cóncavo. “¡Apolo, dios del sol, envía tus rayos y calienta nuestros corazones!”, exclamó la suma sacerdotisa, encarnada por la actriz griega Maria Nafpliotou.
Después de la ceremonia, una decena de defensores de la causa tibetana, algunos embadurnados con pintura roja, se tendieron sobre una calle de Olimpia, coreando lemas hostiles al gobierno chino.
El gobierno griego condenó los incidentes y el presidente del COI lamentó lo ocurrido. “Pienso que siempre es triste cuando hay manifestaciones, pero éstas no fueron violentas y eso es lo más importante”, afirmó Rogge, y puntualizó que no veía ninguna intención de los gobiernos en boicotear las pruebas deportivas.
“Si el fuego olímpico es sagrado, los derechos humanos lo son aun más”, replicó desde París la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), cuyo presidente, Robert Ménard, fue uno de los tres detenidos en Olimpia, liberado (junto con sus otros dos compañeros franceses) tras ser inculpados de una “acción ofensiva”.
Y mientras China anunció que reforzará la seguridad en el recorrido de la antorcha, una ecologista tailandesa, Narisa Chakrabongse, rechazó llevar la llama, en solidaridad con la causa tibetana.
En Pekín, el disidente Yang Chunlin fue condenado a cinco años de cárcel por haber organizado una petición que vinculaba la mejora de los derechos humanos con los Juegos Olímpicos, anunció este lunes su abogado.