Usted está aquí: martes 25 de marzo de 2008 Cultura La Secretaría de Turismo propone “comercializar las rutas misioneras”

■ Algunos conceptos son retomados por la dependencia de un estudio publicado en Barcelona

La Secretaría de Turismo propone “comercializar las rutas misioneras”

■ Sugiere tener guías locales para que promuevan el arte sacro y vigilen el patrimonio cultural

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Procesión de las tres caídas, en el contexto de la Pasión de Cristo en Taxco, Guerrero Procesión de las tres caídas, en el contexto de la Pasión de Cristo en Taxco, Guerrero Foto: Notimex

Algunos de los conceptos que la Secretaría de Turismo (Sectur) menciona en el apartado dedicado al turismo religioso provienen, casi textualmente, pero de forma muy somera, de un amplio estudio realizado en 2001 por Javier Robles Salgado, publicado en la Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona.

El documento explica, entre otros aspectos, la diferencia entre los “santuarios” planificados como productos turísticos y otros que se ha erigido “sólo atendiendo una necesidad inmediata o básica, pero los cuales no cuentan con estándares de calidad o con los servicios idóneos a los perfiles de los visitantes”.

Respecto de estos últimos el investigador menciona a la Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, “que recibe anualmente de 12 a 14 millones de peregrinos. Aunque muchos de éstos no cuentan con los recursos económicos suficientes para hacer uso de otros servicios, prácticamente se concretan a cubrir sus necesidades de transporte y alimentación.

“Esto se ve reflejado en su estancia en el lugar y en la misma ciudad, ya que la mayoría permanece de dos a cuatro horas en el santuario y regresan a su lugar de origen.

“Otros grupos de visitantes, que son en número menor, visitan al santuario como parte de una serie de atractivos que ofrece la ciudad, pero sin pasar a ser un atractivo principal. En este caso, los servicios básicos llegan a ser deficientes y muchas veces ni se alcanzan a cubrir los básicos.”

Servicios para peregrinos

En lugar de complejos hoteleros, Robles Salgado –egresado de la Universidad de Chihuahua– señala que los peregrinos necesitan establecimientos con características especiales acordes con el santuario, algo que a la fecha no existe en ninguno de los sitios considerados rutas turísticas religiosas en México.

Un peregrino (no un “turista religioso”) necesita servicios como “salas y algunos dormitorios que le permitan descansar por lapsos breves, sin pretender una estancia mayor a cinco horas.

“Comedores de carácter rústico en que se expendan alimentos típicos de fácil preparación y que representen un bajo costo de producción y precio accesible. Servicios médicos básicos y radiocomunicación a las centrales de servicios hospitalarios, ya que muchos de los peregrinos pueden tener un percance por el agotamiento de las distancias que realizan en su trayecto. Otros, en cambio, llegan a autoflagelarse y puede producirse heridas considerables. También debido a las conglomeraciones de personas puede suscitarse algún accidente.

“Teléfonos para larga distancia, servicio mecánico que pueda auxiliar a los transportes utilizados por los peregrinos. Módulos de información turística y general, con lo cual propiciar posicionar otros servicios y/o lugares que estén en torno al santuario y que puedan ser identificados con el mismo.”

Incorporación del turismo étnico

Como una “segunda etapa”, posterior al establecimiento de los servicios básicos para el peregrino, el investigador propone la puesta en marcha de servicio de guías turísticos locales.

Añade que es importante que sean guías locales, pues “al convertirse en promotores de arte sacro, a la vez son preservadores y vigilantes del patrimonio cultural”.

Las ideas de este estudioso, al parecer, están siendo retomadas por la administración calderonista: “Otras rutas que no han sido comercializadas son las rutas misioneras, en América Latina (…) Es importante mencionar, que aquí no se menciona las expresiones religiosas de los grupos étnicos, ya que muchas de sus manifestaciones han sido confinadas a cuestiones de magia, brujería y ritos místicos, pero sin darle el valor de religión como el conjunto de creencias que surgieron en estos grupos.

“Por otro lado se han integrado al concepto del turismo étnico, que ha encerrado todas las expresiones religiosas, culturales y de vida cotidiana en un solo concepto. Habría que hacer un análisis importante y ver la posibilidad de incluir las expresiones religiosas como parte de un turismo religioso.”

 
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