Usted está aquí: martes 25 de marzo de 2008 Sociedad y Justicia Diez años de la revolución del Viagra

Diez años de la revolución del Viagra

Desarrollada por equivocación, la pastillita azul dio nuevo enfoque a la impotencia masculina

Afp

Washington, 23 de marzo. Al cumplirse 10 años de su aparición en el mercado estadunidense, el Viagra ha revolucionado el tratamiento de la impotencia masculina al ofrecer un medicamento simple cuya facilidad de uso también seduce a jóvenes que no necesariamente lo precisan.

Desarrollado casi por equivocación en los laboratorios Pfizer, el Viagra fue aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) el 27 de marzo de 1998. “Al principio probábamos el sildenafil, principio activo del Viagra, como medicamento cardiovascular y por su capacidad de reducir la presión arterial”, explica Brian Klee, director médico de Pfizer.

“Pero la gente no quería devolver los medicamentos (sobrantes) porque uno de los efectos secundarios era tener erecciones más fuertes y más duraderas”, añade.

El fármaco ha sido utilizado por 35 millones de hombres en el mundo. La pastillita triangular azul, que tiene hoy rivales como Cialis o Levitra, destapó así el tabú de la impotencia masculina y permitió tratarla más fácilmente. A medida que se corría la voz sobre la posibilidad de tratar problemas de erección, las consultas de los urólogos se fueron llenando.

Antes del Viagra los posibles tratamientos consistían en una operación quirúrgica para implantar una prótesis en el pene, la inyección de una sustancia en ese órgano o el uso de supositorios. “El Viagra trajo a mucha gente a las consultas debido a la facilidad del tratamiento”, destaca Irwin Shuman, urólogo de Washington con 40 años de experiencia. También permitió traspasar los problemas de erección del ámbito sicológico al de los trastornos físicos. “Hemos comprendido durante los pasados 10 años que los trastornos de erección eran una enfermedad vascular”, resume Brian Klee.

En el pasado, los hombres con disfunción eréctil debían pasar todo tipo de pruebas. Los que no tenían de cinco a seis erecciones por noche eran clasificados como problema físico, y los que tenían erecciones nocturnas se renviaban a tratamiento sicológico. “Hoy la tendencia es no preocuparse en saber si (la disfunción) viene de lo emocional o de lo físico: se utilizan píldoras y el paciente está contento”, añade Klee. El doctor Abraham Morgentaler, autor del libro El mito Viagra y profesor asociado de urología en la escuela de medicina de Harvard, destaca, sin embargo, que este tratamiento no conviene a todos los pacientes. “Muchos tomaron Viagra para su felicidad personal, pensando que una buena erección resolvería sus problemas de relación, y quedaron decepcionados”.

Además, el fármaco funciona mejor con el estómago ligero y tarda unos 30 minutos en hacer efecto, por lo que implica cierta actitud para “esa noche”. Morgentaler también destaca los abusos, especialmente de jóvenes que no lo necesitan. Ellos “toman Viagra quizás porque no tienen experiencia o son tímidos, y les da mayor confianza”.

 
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