■ De los opositores encarcelados en 2003, ninguno fue torturado o privado de un juicio, dice
Fidel Castro “exhorta” a EU a tratar a su población penal como lo hace Cuba
■ “Creo que el ex presidente está mal informado”, sostiene un preso liberado por motivos de salud
La Habana, 24 de marzo. Fidel Castro dijo hoy que hay una “enorme diferencia” entre los métodos carcelarios de Cuba y los de Estados Unidos, pero activistas opositores que han conocido de cerca el sistema penitenciario de la isla reaccionaron con críticas al comentario.
En un artículo difundido el lunes, el líder cubano recordó la detención de 75 opositores y su enjuiciamiento sumario entre marzo y abril de 2003. Dijo que ninguno fue “torturado, ni privado de abogado o juicio, aunque este fuese de carácter sumario, previsto en las leyes si existe peligro de agresión”.
Castro agregó que los presos tienen derecho “a visitas, al pabellón familiar (visita conyugal) y demás prerrogativas legales como todos los reclusos y si en algún momento la salud lo demanda seriamente, son puestos en libertad sin que las exigencias del imperialismo y sus aliados determinen absolutamente nada”.
“Los exhortamos”, agregó Castro en referencia al gobierno de Washington, “a que hagan con la población penal de Estados Unidos lo mismo que Cuba”.
“Creo que el ex presidente está mal informado”, dijo Oscar Espinosa Chepe, uno de los 75 detenidos, que ahora está excarcelado por razones de salud, aunque sigue vigente su sentencia de 20 años de prisión.
Espinosa relató que se enteró de que iba a juicio cuando llegó al tribunal que lo encausaría y pudo hablar cinco minutos antes con la abogada defensora, quien sólo le dijo que no había podido leer el expediente.
Entre los “absurdos” del proceso, añadió, estaba la acusación de que él era “un contrarrevolucionario desde 1959”. En realidad, apuntó Espinosa, fue integrante de la Juventud Socialista Popular (comunista), funcionario público y diplomático, después de esa fecha.
“Creo que el ex presidente no conoce los detalles” de las cárceles cubanas, agregó Espinosa y contó, entre sus experiencias, que tuvo que convivir con presos comunes, incluso de alta peligrosidad y condenados a muerte; que en la prisión de la provincia de Guantánamo había que separar el fango del agua para beber y que en Villa Marista (sede de la Seguridad del Estado) y en el hospital militar Carlos J. Finlay, ambos en esta capital, tuvo que pasar periodos en celdas totalmente cerradas, con la luz prendida todo el tiempo.
“Nadie me golpeó, pero las presiones sicológicas son muy fuertes”, dijo también. “Los interrogatorios son extensos y se pierde la noción del tiempo”
Laura Pollán relató que su esposo, Héctor Maseda, otro de los condenados en 2003, conoció a quien sería su abogado defensor apenas 15 minutos antes del juicio. “Le agradezco mucho al muchacho el esfuerzo que hizo, pero no conocía nada del caso. No sabía bien a quién estaba defendiendo. Los fiscales tuvieron el expediente casi todo el tiempo y él sólo pudo ojearlo el día anterior a la audiencia”.
Ya en prisión, Maseda pasó casi nueve meses en “régimen especial incrementado”, el estatuto de máximo rigor, en celdas aisladas, sin que pudiera acostarse durante el día, a pesar de que, entonces con 60 años, el prisionero padece una sacrolumbagia crónica, dijo su esposa.
Pollán dijo que “una de las cosas más degradantes que se hace en las prisiones cubanas” es poner a un reo de cuclillas completamente desnudo delante de otros reclusos, para la revisión de su celda. Señaló que ella se quejó de esa práctica y dejó de ocurrirle a Maseda, pero continúa en otros casos.
Bush y la guerra
Castro recordó también el quinto aniversario de la guerra de Irak y dijo que el presidente estadunidense, George W. Bush, “se imagina que Dios lo premiará por acelerar el día del Apocalipsis y el Juicio Final, sentándolo después a su diestra en un lugar de honor. Entonces tal vez abandone los gestos de odio que acompañan sus discursos, para morar bajo el mismo techo junto con las almas de los seres humanos que exterminó en su guerra contra el terrorismo”.
Con el mismo lenguaje bíblico, Castro concluyó que “el Antiguo Testamento habla de arcángeles que la ambición transformó en enemigos de Dios y fueron enviados al infierno. Es difícil desechar la idea de que en la cabeza de Bush están los genes de algunos de aquellos arcángeles”.