Usted está aquí: lunes 24 de marzo de 2008 Espectáculos Denuncian trabajadores malos manejos en el Centro Cultural Xavier Villaurrutia

■ Por 19 años ha sido un espacio para personas de escasos recursos; ahora está en riesgo

Denuncian trabajadores malos manejos en el Centro Cultural Xavier Villaurrutia

■ Escamoteo de recursos y modificación arbitraria de las condiciones de trabajo, algunos factores que denuncia el fundador del lugar

■ Hoy, la titular de cultura local recibirá a los inconformes

Arturo García Hernández

El Centro Cultural Xavier Villaurrutia (CCXV), que durante 19 años ha funcionado en la Glorieta del Metro Insurgentes como un espacio de enseñanza artística y desarrollo cultural para personas de bajos recursos, enfrenta una situación que pone en riesgo su continuidad.

Ubaldo Comi Aguilera, fundador y coordinador del centro, perteneciente a la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, responsabiliza a las autoridades de la situación prevaleciente. Entre otros factores, señala: escamoteo de recursos, equipo y material necesarios para trabajar; ambigüedad sobre la coordinación específica de la que depende directamente el centro; intento de modificar arbitrariamente las relaciones contractuales con el equipo docente del centro cultural, y hacer contrataciones por “amiguismo”.

Como principal causante del conflicto, Comi Aguilera y el grupo de profesores que lo respalda señalan a Isabel Molina Warner, coordinadora interinstitucional de la Secretaría de Cultura. Es ella quien directamente –aseguran los declarantes– bloquea el acceso a los recursos asignados y promueve las modificaciones contractuales mencionadas. Por ejemplo, la más reciente, la de Judith Méndez, inicialmente contratada para trabajar del primero de febrero al 31 de diciembre de este año, a quien ahora pretende “cancelarle” dicho contrato y hacerle firmar uno de mes y medio.

Actualmente hay 307 alumnos inscritos en las distintas disciplinas y actividades que se imparten en el centro. A ninguno se le cobra por concepto de inscripción o colegiatura, y sólo se les pide que lleven su material.

De acuerdo con distintos testimonios recabados, el CCXV ha funcionado como un espacio de aprendizaje, de crecimiento personal y de integración social, del que también se han beneficiado niños y niñas en situación de calle; personas de la diversidad sexual o con capacidades diferentes y otras pertenecientes a los llamados grupos vulnerables.

Los denunciantes han hecho llegar un documento a Elena Cepeda de León, titular de la Secretaría de Cultura, en el que detallan la situación y sus demandas. Este lunes, a las 11 de la mañana, la funcionaria recibirá en sus oficinas a una comisión de inconformes, luego de dos citas canceladas.

 
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