Corripio, “estable, pero delicado”
La Arquidiócesis de México informó que el arzobispo emérito Ernesto Corripio Ahumada se encuentra “estable, pero delicado”, luego de que el jueves sufrió una trombosis en la mano izquierda.
El cardenal, quien cumplirá 89 años en junio próximo, continuaba siendo atendido en su domicilio en Xochimilco por dos médicos. A ese lugar acudió el jueves por la tarde el cardenal Norberto Rivera Carrera, quien dio instrucciones de que a su también antecesor en la Arquidiócesis se le presten toda clase de atención y servicios necesarios para que su estado de salud repunte.
Rivera Carrera –informó la Arquidiócesis– también rezó por la mejoría del prelado, quien desde hace algunos años también padece de diabetes, razón por la cual sufrió, en 2006, la amputación de una pierna.
Suárez Rivera sufrió trombosis
Por otra parte, la Arquidiócesis de Monterrey dio a conocer anoche que el cardenal Adolfo Suárez Rivera, arzobispo emérito de Monterrey, fue internado de emergencia en el hospital Muguerza de esa ciudad, debido a una trombosis cerebral.
Desde la noche del jueves el cardenal Suárez –se señaló– se encuentra en cuidados intensivos y su estado de salud se reporta como “delicado”
En el documento emitido por el arzobispado de Monterrey, el cardenal Francisco Robles, arzobispo de aquella diócesis, pidió a la comunidad elevar sus oraciones para que el cardenal Suárez Rivera pueda restablecerse pronto.
El prelado Suárez Rivera nació en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el 9 de enero de 1927 y recibió la ordenación sacerdotal el 8 de marzo de 1952, en Roma. Fue consagrado obispo el 15 de agosto de 1971 y llegó a la diócesis de Tepic en 1980. Luego fue nombrado obispo de Tlalnepantla por tres años.