■ Las Águilas apelaron del castigo impuesto a sus tres jugadores: esperan una reducción

En el América-Cruz Azul no hubo una riña, sólo un conato: Portilla

■ El vicepresidente de los de Coapa insiste en que la sanción de seis partidos es exagerada

■ Mosqueda reconoce que “hizo algo”, pero está sorprendido por la inhabilitación

Miguel Ángel Ramírez

Con el argumento de que no fue una riña sino “un conato” de bronca lo ocurrido el domingo en el estadio Azul, el América pretende que la Comisión Disciplinaria reduzca el castigo a sus tres jugadores, informó Pedro Portilla, vicepresidente del club.

El directivo insistió en que los seis partidos de suspensión para Juan Carlos Mosqueda, Luis Villegas y Óscar Rojas, le parecen exagerados y, por ello, presentaron ayer su apelación. “Enviamos un documento con nuestros motivos y un video. Tenemos mucha confianza en que la Comisión Disciplinaria tendrá sentido común y aplicará un buen juicio”, comentó.

Puntualizó que revisaron el video del encuentro ante Cruz Azul y “creo firmemente que en todo momento los jugadores de los dos equipos mantienen la calma. No hay la intención de agredir, de lastimar a algún compañero. Hay algunos empujones, manotazos, tropezones accidentales; después de cinco segundos de esto, entran en calma todos los jugadores, prevalece la intención de separarse y con base en eso nos parece exagerado que se apliquen seis partidos de suspensión”.

–¿Cuál sería el castigo justo para los jugadores? –se le preguntó en la conferencia de prensa que ofreció en las instalaciones de Coapa.

–No lo sé, creo que aquí se le está dando una interpretación textual al reglamento que habla que cualquier jugador o individuo que participe en una riña colectiva se le dan seis partidos. Creo que aquí lo importante es que no se puede catalogar igual algún manotazo, algún empujón, que descalabrar a un contrario a patadas en el piso.

Estimó que lo sucedido el domingo está lejos de broncas anteriores. “Son atletas de alto rendimiento que si quisieran golpearse se lastimarían. Nunca hubo, ni por parte de Cruz Azul ni del América, la intención de agredir a un compañero”.

Interrogado sobre si no tenían temor que con la apelación se sancione también a Diego Cervantes, quien inició el lío, respondió que no están pidiendo un castigo para nadie, simplemente desean “que se reduzca drásticamente los partidos de suspensión a nuestros jugadores”.

Mosqueda reconoció que hizo algo en la gresca “y no lo voy a ocultar de ninguna manera, pero me sorprende que sean seis partidos” de sanción.

Dijo que son situaciones “que pasan a menudo en este tipo de encuentros, donde la calentura” y las ganas de triunfar lo provocan. Eso sí, señaló que están arrepentidos de lo sucedido, sobre todo porque la violencia se puede “transmitir a las gradas” y es lo que menos desean.

También su compañero Óscar Rojas indicó que “son cosas normales de un partido”, pero “no fue una bronca”.

Confesó que se encuentra muy apenado con sus compañeros, porque después de los problemas de lesiones que ha tenido el equipo, “ahora me meto en esto”.

Aseguró que él únicamente “quería jalar a mis compañeros, para que no se hiciera más largo esto”, pero “fui agredido, me dieron una bofetada, entonces, por la calentura sí te dan ganas de querer agredir”.