Usted está aquí: jueves 20 de marzo de 2008 Cultura Alejandro Toledo se adueña de historias ajenas para crear un territorio de incertidumbre en el lector

Corpus: ficciones sobre ficciones es el título del nuevo libro de cuentos del narrador

Alejandro Toledo se adueña de historias ajenas para crear un territorio de incertidumbre en el lector

Fabiola Palapa Quijas

Alejandro Toledo, autor del libro Corpus: ficciones sobre ficciones, aseguró que la base de toda literatura son las relaciones humanas, por lo que en sus cuentos se adueña de historias ajenas con un tono confesional, para crear un territorio de incertidumbre en el lector.

La diversidad de los relatos es muy importante para el autor, que no se parezcan los personajes y que las voces sean diferentes, dice. “No hay cuentos iguales, no hay estilo que explotes, sino que cada relato tiene una estructura y un tono diferente”.

Toledo abundó que en cuestión literaria, los cuentos suelen convertirse en homenajes a varios escritores.

“Javier García Galiano decía que uno de los juegos que el libro propone es descubrir qué autor estoy parodiando, recreando. Hay unos que son evidentes y otros están muy ocultos. Digamos que un lector común puede leer el libro y entretenerse por las historias, y otro lector más letrado puede descubrir los estilos que están ahí en la obra.”

En el relato “Nadie me verá llorar: carta a Cristina Rivera Garza”, el narrador es un hombre loco que se encuentra en el manicomio. Toledo recurre a la locura a partir de la novela de Rivera Garza, en la cual sus personajes están perturbados.

“Muchos de los textos los escribí para ser leídos en voz alta y muchos ya fueron leídos. Lo que me gustaba de esta situación es que la gente se pusiera nerviosa, y de pronto pensara que me estoy confesando ante ellos y reconociendo culpas, así como situaciones bochornosas. Pero que al final se dieran cuenta de que todo era un juego.”

El autor explicó que muchos escritores se inspiran en el tema de la locura como una forma de liberación de la burocracia, de los rituales cotidianos, ya que significa poder aislarse de los ritmos vertiginosos que a veces impone el mundo.

A manera de ejemplo, mencionó que Efrén Hernández refuerza en sus obras la divagación de personas desocupadas que andan por la ciudad.

“Ahí surge mucha de la creatividad; por eso este negocio, entre otras cosas, se niega al ocio, porque éste suele ser creativo, pero no lucrativo.”

Exploración de escritores raros

Alejandro Toledo combina la escritura con la investigación literaria, pues revisa las obras completas de Efrén Hernández.

“Mi tendencia es hacia escritores raros, porque los institucionales suelo esquivarlos, me dan flojera.

“Siento que las historias literarias se escriben a partir de famas hechizadas, y la verdadera literatura está escondida atrás de todo este barullo que produce la sociedad.

“A veces resulta que los autores más valiosos están escondidos y hay que buscarlos, y los más populares, que aparecen en los medios de comunicación, son los menos interesantes, los más pobres en cuestiones creativas.”

“Un hombre que atrae a las mujeres”, “Octámbulos”, “Las huellas en el fondo del mar”, “Diario de un rostro” y “Marina” son algunos de los 16 cuentos que conforman Corpus: ficciones sobre ficciones, coeditado por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Ficticia.

El libro fue presentado hace unos días en la Casa del Poeta Ramón López Velarde.

 
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