■ OMS y OPS alertan también sobre escasez de agua segura
El cambio climático provocará que se alteren patrones de males infecciosos
Los organismos sanitarios internacionales prevén que los efectos detonados por el cambio climático, es decir inundaciones, sequías, olas de calor y en general las modificaciones de la temperatura ambiental, alterarán los patrones de ciertas enfermedades infecciosas al modificar el ciclo de vida de vectores y parásitos. Advierten también que a esto se sumará la escasez de agua y el desplazamiento de grupos poblacionales que sean orillados a buscar otros lugares para establecerse, ante la inestabilidad climática.
Para la Organización Mundial de Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cambio climático tendrá efectos directos e indirectos sobre la salud de la población, por lo que se convertirá en una “amenaza creciente para la seguridad sanitaria mundial”.
De acuerdo con expertos, las modificaciones en la temperatura planetaria tendrán mayor impacto en personas con escasa capacidad de adaptación y será apabullante en naciones pobres. Según la OPS los grupos más vulnerables serán los niños menores de cinco años, las embarazadas y quienes amamanten, las personas de edad avanzada, poblaciones marginadas rurales y urbanas y comunidades indígenas y desplazadas.
El organismo resalta que la vulnerabilidad puede incrementarse por otros factores como la pobreza, la inseguridad alimentaria, conflictos y enfermedades.
Como consecuencia, este año el Día Mundial de la Salud, el cual se conmemora el 7 de abril, la OMS –organización que ese día cumple 60 años– tomó como lema “Proteger la salud frente al cambio climático”.
En este sentido explica que los efectos directos de este fenómeno originado por la quema de combustibles fósiles, corresponde a los extremos climáticos e incluye estrés térmico por el mal tiempo y desastres.
Los impactos indirectos provienen de influencias mediadas por el clima sobre las enfermedades de transmisión vectorial, infecciones transmitidas por agua y alimentos, así como en la seguridad alimentaria y del agua.
Indica que la comunidad mundial estará mejor preparada para hacer frente a los problemas sanitarios relacionados con el clima si toma medidas tales como reforzamiento de la vigilancia y el control de las enfermedades infecciosas, el uso más seguro de suministros de agua –cada vez más escasos–, y la coordinación de la acción sanitaria en las emergencias.
Dadas las alteraciones que se esperan ocurran en el ciclo de vida de vectores y parásitos, tales como los del dengue o malaria, también se espera un auge de los males estomacales y a esto podría sumarse el deterioro de cosechas y con ello la pérdida de sustento alimenticio para amplios sectores, lo que –de no tomarse medidas– abonará a la instalación de ciertos males.
Según algunos autores, no se espera que aparezcan nuevas enfermedades, sino más bien que se extiendan en algunos lugares en los que ahora no existen. Estimaciones apuntan a que con el alza de la temperatura para 2080, entre 20 y 70 millones más de personas vivirían en zonas en donde la malaria será endémica.