Usted está aquí: jueves 20 de marzo de 2008 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
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■ Realidad mata ficción

■ ¿Navío de gran calado?

Para aquellos incrédulos que suponen que 25 años de pujanza neoliberal en México no han procurado preseas de oro en el ámbito internacional, el Banco Mundial ha tenido la cortesía de emitir un rotundo desmentido, porque el país registra cuando menos dos del preciado metal, una de bronce y un honroso sexto lugar, producto de la incuestionablemente eficiente política económica a la que se ha aferrado el “gobierno nacional”, con sus cinco caretas conocidas.

El organismo financiero multilateral divulgó ayer su Migration and Remittances Factbook 2008, en el que se subraya uno de los principales logros del neoliberalismo mexicano y sus 25 pujantes años en el gobierno: la creciente, y a estas alturas indiscriminada, expulsión de mano de obra, que ha permitido documentar, por medio de la estadística oficial, que en cada minuto transcurrido a lo largo de los últimos siete años un conacional ha sido expulsado del país por razones económicas.

Con esa contundencia, y de acuerdo con los números del Banco Mundial, México ocupa el primer lugar internacional en número de emigrantes: 11.5 millones de personas al cierre de 2005, equivalentes al 25 por ciento de la población económicamente activa que registra el país actualmente, y casi el 11 por ciento de la población total; medalla de oro compartida con Estados Unidos como el corredor de migración más grande del planeta (también en 2005), con 10.3 millones de personas (tres veces más que la medalla de plata, el corredor Bangladesh-India); presea de bronce en captación de remesas (25 mil millones de dólares al cierre de 2007), apenas superado por India (oro) y China (plata), y un honroso sexto lugar en la “exportación” de médicos (2000), con 5 mil 600 de ellos despachando allende las fronteras nacionales.

Con estos datos duros, sólo un ciego podrá contradecir la consistente versión oficial de que la economía mexicana “está más sólida que nunca”, que es “un navío de gran calado”, que “vamos por el camino correcto”, que en unos cuantos pocos años ocupará la cuarta o quinta posición en el ranking económico mundial, “siendo de las prósperas”, y que aquí “los riesgos se convierten en oportunidades”.

Para fortalecer la tesis gubernamental, la estadística de la Cámara de Diputados, que no es otra que la oficial, permite referir que la expulsión de mano de obra es, a estas alturas, alrededor de 2 mil por ciento mayor que la reportada 37 años atrás, en 1970, cuando cerca de 28 mil mexicanos cruzaban la frontera norte en busca de empleo. En 2007 la cifra se aproximó a los 600 mil, o lo que es lo mismo mil 644 por día, 68.5 por hora, 1.14 por minuto.

Lo que más llama la atención es que en los años (2001-2007) del “cambio” (Fox) con “continuidad” (Calderón) se reporta un mayor número de mexicanos expulsados por razones económicas (alrededor de 3 millones 400 mil) que en toda la década pérdida, la de los 80 (2 millones 350 mil), pletórica ésta de sacudidas, devaluaciones, hiperinflación y crisis económico-financieras, es decir, en los tiempos en que la economía mexicana apenas crecía más de 6 por ciento anual (contra 2.5-3 por ciento en este glorioso lapso), no era “un navío de gran calado” y mucho menos tenía la perspectiva de ocupar “la cuarta o quinta posición mundial”, como el gobierno lo celebra ahora, tras una década sin devaluaciones, sacudidas y crisis económico-financieras.

En este contexto, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados advierte que en el lapso 2000-2004 “emigraron hacia Estados Unidos un millón 938 mil mexicanos a buscar oportunidades de empleo, lo que significa que aquel país recibió a uno de cada tres mexicanos que se incorporaron al mercado laboral durante este periodo, y que empleó un poco menos de la fuerza laboral creada en nuestro país”.

Como consecuencia del bajo crecimiento económico, se ha generado un creciente cuan abultado déficit laboral en México. Con base en la información proporcionada por los Planes Nacionales de Desarrollo, el INEGI y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para el periodo 2000-2007 se debieron haber creado 8 millones 200 mil nuevos empleos, pero únicamente se generaron 4 millones 862 mil 200 (formales e informales), de tal suerte que el referido déficit se aproximó a 3 millones 400 mil plazas, apunta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Buena parte de los mexicanos incluidos en ese saldo negativo se encuentran laborando en el vecino del norte.

Para rematar, el Colegio de la Frontera Norte advierte que “México tiene una pérdida importante y preocupante de recursos humanos con la migración, pues a diario (más de) mil mexicanos deciden residir en Estados Unidos… En los recientes cinco u ocho años casi 400 mil mexicanos anualmente se han ido a vivir a Estados Unidos… Con estas cifras, México pierde mil personas en edad productiva todos los días, ya que cerca de 80 por ciento de los 12.5 millones de mexicanos que están en el vecino país del norte son personas de entre 15 a 44 años. La cifra de migración internacional de México hacia Estados Unidos es mayor a las defunciones anuales en el país, que se encuentra por debajo de las 400 mil personas. Las deportaciones no afectan estas cifras debido a que entre 70 y 80 por ciento de los deportados vuelven a entrar de inmediato”.

En resumidas cuentas, esa es la “solidez económica” del “navío de gran calado” (Calderón dixit).

Las rebanadas del pastel

Mientras, tal vez para la cena de año nuevo se conozcan los resultados electorales en el PRD, se cumple el quinto aniversario de la invasión estadunidense a Irak, cuyo costo rebasa los 500 mil millones de dólares. El “ganamos la guerra” festejado por baby Bush apenas unos pocos meses después de que comenzaron a caer las bombas en Bagdad, no es más que una cruel mentira a sus gobernados y a los familiares de los casi 4 mil militares muertos en el país asiático, y un insulto a los cerca de 90 mil iraquíes asesinados en el quinquenio.

 
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