■ Condoleezza Rice y Robert Gates se reunieron con Vladimir Putin y Dimitri Medvediev
Sin logros finaliza visita a Rusia de enviados de Bush
Moscú, 18 de marzo. Mucho ruido –“propuestas (de Estados Unidos) bastante importantes y útiles”, las calificó el canciller ruso– y ningún acuerdo –sobre todo en materia de defensa antimisiles y limitación de armamento estratégico ofensivo, las principales discrepancias–, dejó como balance la visita de dos días que hoy concluyeron aquí los secretarios estadunidenses de Estado, Condoleezza Rice, y de Defensa, Robert Gates.
La víspera los presidentes de Rusia, el saliente Vladimir Putin, y Dimitri Medvediev, el electo, durante las protocolarias visitas de cortesía que les hicieron los emisarios de la Casa Blanca, contribuyeron a generar falsas expectativas al hablar de “voluntad para minimizar las diferencias” y revelar la existencia, no el contenido, de una carta “muy seria” del presidente George W. Bush.
Algo tarde para un mandatario que dentro de escasos meses deja el cargo, Bush propone –según trascendió– elaborar un documento marco de carácter estratégico que incluya todos los ámbitos de cooperación entre ambos países.
La iniciativa es plausible, pero parece difícil que Rusia y Estados Unidos puedan resolver sus diferencias de fondo en tan breve plazo, por lo cual el Kremlin, en el mejor de los casos, deberá acabar de negociar los eventuales entendimientos con la siguiente administración estadunidense, con los matices que imprima a la discusión bilateral el nuevo inquilino de la Casa Blanca, al margen de si es demócrata o republicano.
En temas esenciales de seguridad en los que uno busca sacar ventaja sobre el otro, como son el escudo antimisiles de Estados Unidos y la reducción de armas estratégicas ofensivas, “persisten las discrepancias”, reconoció Serguei Lavrov, jefe de la diplomacia rusa.
“Estados Unidos ratificó su intención de crear en Europa la tercera zona de posicionamiento de su sistema de defensa antimiles, y Rusia no está de acuerdo con ello”, dijo Lavrov en alusión a los planes de instalar componentes en la República Checa y Polonia.
“Seguimos considerando que la mejor manera de eliminar nuestras preocupaciones es cancelar el escudo (en Europa), pero si Estados Unidos no piensa dar marcha atrás, las propuestas que hoy escuchamos, y que nos gustaría tener detalladas por escrito, nos parecieron bastante importantes y útiles”, agregó Lavrov.