■ Las cifras oficiales “echan por tierra” los resultados de conteos rápidos, afirma
Ortega insiste en que va adelante; “los cómputos finales corroborarán mi triunfo”
■ Nueva Izquierda alista estrategia para evitar que se destruyan paquetes electorales en algunos estados
El candidato a la dirigencia nacional del PRD por Nueva Izquierda, Jesús Ortega, dio a conocer que con 91.16 por ciento de las actas, las tendencias le favorecen por un margen importante: 519 mil 206 votos, equivalentes a 51.3 por ciento (sin contabilizar los candidatos minoritarios ni votos nulos), contra 491 mil 997, 48.7 por ciento, de Alejandro Encinas.
“No estoy proclamando una victoria”, pero estos datos permiten tener confianza en que los cómputos corroborarían su triunfo, dijo.
En conferencia de prensa, insistió en descalificar los conteos rápidos y el manejo poselectoral que ha dado el Comité Ejecutivo Nacional al tratar de afianzar como válidos los datos de estas encuestas, sin cumplir con los parámetros establecidos. Subrayó que con 70.95 por ciento de las cifras del Programa de Resultados Preliminares, Encinas contabilizaba 420 mil 264 votos, el 42.62 por ciento (contabilizando al resto de los candidatos), frente a 417 mil 387 suyos, 42.33 por ciento.
Ortega consideró que las cifras oficiales del partido “echan por tierra” y corroboran el margen de error y de inconsistencias de los conteos rápidos que otorgaban ventajas de 5 y 8 puntos a Encinas. Por ello, llamó a sus contendientes a esperar y aceptar los resultados del cómputo sin violencia, en aras de que la dirigencia que surja del proceso esté plenamente legitimada.
Apenas había concluido la conferencia, una nueva información desdibujó el optimismo de Ortega y su equipo: la decisión del Comité Técnico de detener el programa de resultados preliminares (PREP) con Encinas adelante.
En el círculo cercano de Ortega la determinación formaba parte de una estrategia mediática por afirmar a Encinas como triunfador, “cuando en realidad saben que perdieron la elección”, por lo que exigirían la restitución del flujo de información al PREP.
En la lógica de Nueva Izquierda, el CEN del PRD operó en favor de prefigurar una victoria de Encinas y tratar de “imponerlo”, para lo cual la primera etapa consistía en difundir los conteos rápidos sin cumplir los parámetros, haciéndolo aparecer como ganador; un segundo momento era avanzar el PREP sólo hasta mantener al candidato de Izquierda Democrática Nacional en la delantera, cuando aún faltan porcentajes importantes por contabilizar en entidades donde Ortega dice tener una venataja clara.
Ambas acciones contribuirían a dar un “golpe mediático” que presentara como una victoria de Encinas, a pesar, se dice en Nueva Izquierda, que no la obtuvieron en las urnas. La tercera fase es la que –se estima– sería la más complicada y riesgosa porque implicaría “reventar” los cómputos o destruir paquetería en aquellas entidades donde la victoria es de Nueva Izquierda.
En este escenario, Ortega se dijo confiado en que los cómputos se realizarán normalmente y que sólo al concluir se conocerá quién ganó las elecciones, e insistió en su planteamiento de que no habrá de impugnar la elección, que reconocerá su derrota si ese es el resultado del cómputo final, pero demandó ser reconocido si obtiene la victoria.
Sin embargo, ya se preparaba una estrategia en Nueva Izquierda para salvaguardar los materiales electorales e impedir que se “reventaran” cómputos o, inclusive, se pretendiera destruir los paquetes electorales en estados clave para Ortega.
Los reclamos de Nueva Izquierda contra el manejo poselectoral que la actual dirigencia del partido ha dado desde el domingo pasado llegaron a las oficinas del presidente del partido, Leonel Cota. Cuestionamientos airados, a veces casi a gritos, se escucharon para descalificar la insistente pretensión de justificar el resultado de los conteos rápidos, y lo llamaron a hacer valer el cómputo que se realizará hoy.