■ La galería celebrará en abril su 25 aniversario con una exposición alusiva
OMR, entre la promoción de nuevos artistas y la supervivencia económica
■ Nos interesa destacar el trabajo de quienes generan preguntas pero también ofrecen respuestas, dice su directora, Pamela Echeverría
■ Se debe tener un ojo puesto en los artistas emergentes, agrega
Ampliar la imagen Según Pamela Echeverría, para la galería OMR ha sido interesante tener que responder a las transformaciones del mundo del arte, y gratificante ser cómplice del desarrollo de un artista joven Foto: Yazmín Ortega Cortés
En busca del equilibrio entre la promoción de nuevos artistas y la supervivencia económica como proyecto, la Galería OMR llega a los 25 años de trabajo con la voluntad de ser una vía de acercamiento al arte contemporáneo para todos aquellos con un mínimo de curiosidad.
De esta manera define la labor del recinto su actual directora, Pamela Echeverría, quien en entrevista con La Jornada hizo un somero balance de su trabajo y analizó las actuales condiciones del mundo de las galerías de artes plásticas en la ciudad de México.
Fundado en 1983 por iniciativa de Patricia Ortiz Monasterio y Jaime Riestra, este espacio comenzó a exhibir obra de artistas mexicanos que después alcanzarían cierta notoriedad, como Germán Venegas, Javier de la Garza y Mónica Castillo, y también de extranjeros recién llegados al país, entre ellos Francis Alÿs, Thomas Glassford y Santiago Sierra.
“Ha sido interesante tener que responder a las transformaciones del mundo del arte. Siempre tener un ojo puesto en los artistas emergentes. Eso es muy gratificante: ser cómplice del desarrollo de un artista joven”, definió Echeverría.
Algunos de los autores que más han llamado la atención de la galería OMR en los años recientes han sido Gabriel Acevedo Velarde y Erik Beltrán, con propuestas que van desde la crítica aguda de los avances de la ciencia hasta el cuestionamiento de la “verdad” que construyen los medios de comunicación.
“Los artistas deben conocer y revalorar a sus propios colegas”
Aunque es imposible hablar de tendencias o modas en el arte contemporáneo mexicano, Echeverría distingue una especie de regreso al trabajo “directo” con los materiales, a diferencia del interés por el video y las tecnologías digitales que predominaron en la década de los 90.
“Nos interesa destacar el trabajo de las personas que generan preguntas, pero que también ofrecen respuestas, como Rafael Lozano-Hemmer –quien fue el primer mexicano en asistir al Pabellón de Venecia, el año pasado–, y que reflexionen sobre el mundo en el que vivo”, señaló.
Una tarea importante que la galería OMR busca cubrir es la de hacer que los artistas conozcan y revaloren a sus propios colegas, sobre todo los de generaciones anteriores.
“Hay diferencias bestiales entre quienes exponían en los años 80 y 90, y los de la actualidad”, y es necesario acortar esa brecha de desconocimiento mutuo.
El segundo gran pendiente, si cabe llamarlo así, es contribuir a que el mundo de las galerías de arte no sea visto como una “cosa cerrada. Mientras más gente se involucre y participe, esto crece más.”
Lo anterior, sin embargo, debe ser logrado sin ser didácticos porque sí, “ni ponerte fácil para que te tomen a la fuerza. El mundo del arte puede ser tuyo si quieres, pero es para quien tenga la curiosidad suficiente de acercarse.”
Para celebrar su aniversario 25, OMR presentará una exposición conmemorativa compuesta por obras de quienes trabajan o han trabajado en ella; “los artistas de casa”.
La inauguración será el 22 de abril en el recinto ubicado en Plaza Río de Janeiro 54, colonia Roma Norte.