Balance de la Jornada
■ El fracaso en el Tri preolímpico pone a Hugo en la cuerda floja
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Hugo Sánchez aceptó su fracaso con la selección preolímpica
Foto: Ap
Una mezcla de sentimientos de rabia, frustración y tristeza cerraron, todo indica, el episodio del Tricolor que bien podría llamarse Hugolandia. El país futbolero de fantasía donde se hizo hábito repartir culpas a diestra y siniestra: al clima, a la cancha, la sede, la “mala leche” y hasta a los medios de comunicación.
Hugo Sánchez quedó entrampado en su retórica caricaturesca, donde pintó todo de excusas y colores, se contradijo hasta el cansancio de palabra y hechos, hasta que los resultados lo convirtieron en un hombre sin credibilidad. Nada borra su brillante carrera como futbolista, pero como técnico su imagen quedó hecha trizas.
El Pentapichichi, cegado por la soberbia, no dio paso a esa inteligencia primitiva, de mera supervivencia, que cuando toma conciencia de sus limitaciones obliga a subsanarlas; bien pudo, tras su fracaso en la Copa de Oro 2007, allegarse de auxiliares con la experiencia de la que carecía, pero no lo hizo.
La voz de alerta la lanzó su maestro Luis Aragonés, cuando al conocer su nombramiento advirtió: “le llegó muy pronto”. Hace un par de semanas Ricardo Ferretti clamó: “Hugo tiene 18 auxiliares a su disposición”, en clara oferta de asesoría que el seleccionador desoyó.
Ante Haití, Hugo recontraconfirmó que no es estratega y se bloquea frente a la adversidad. Sacó a Alan Zamora, que estaba distribuyendo juego, en vez de sacrificar a un defensa, para aprovechar el escaso ataque del rival, pero terminó amontonando delanteros sin tener salida por los costados; además, recargó de trabajo a los excepcionales Villaluz y Castillo.
Al final, cuando el técnico se fue a refugiar en su banca al lado de Sergio Egea, los jugadores echaron al cesto de basura la confusa táctica, se volcaron al frente en lucha desesperada y en medio de un circo llegaron los goles. Las incontables fallas ante el marco rival y el caos reinante sintetizaron la gestión del técnico.
Rumbo a la asamblea de dueños del día 31 las apuestas contra la permanencia de Hugo ganan terreno. Pero la autocrítica obliga a los propietarios a reconocer su pobre labor para forjar delanteros. ¡Y técnicos! Tan devaluados en la actualidad, con la guillotina rasgándoles la nuca a cada derrota.
El Puebla del Chelis Sánchez Solá se convirtió en la sorpresa, al golear a Tigres y volver a comprometer al equipo norteño en la lucha por no descender. No obstante, el Veracruz huele a primera A, debido a la mala administración de Alberto de la Torre, en contubernio con el gobernador Fidel Herrera. El equipo de la franja está a ocho puntos de rubricar su permanencia.
Las Chivas de Efraín Flores parecen jugar en otra liga, lejos de la mediocridad que ahoga al torneo Clausura 2008, donde hay equipos en punta de grupo con apenas 50 por ciento de efectividad. El clásico joven resultó emotivo, pero de nuevo Cruz Azul evidenció su incapacidad para sacudirse la jettatura del América.