Usted está aquí: lunes 17 de marzo de 2008 Política Padrón rasurado y burocracia electoral padecieron los militantes del sol azteca

■ “No está en la lista; vaya a arreglar eso al partido... pero después de Semana Santa”

Padrón rasurado y burocracia electoral padecieron los militantes del sol azteca

Alonso Urrutia

Ampliar la imagen Domingo de Ramos y votación del PRD, en Copilco Domingo de Ramos y votación del PRD, en Copilco Foto: Jesús Villaseca

Ampliar la imagen Perredistas en una casilla ubicada de la colonia Doctores Perredistas en una casilla ubicada de la colonia Doctores Foto: Víctor Camacho

Ampliar la imagen Una militante deposita sus sufragios en las urnas correspondientes Una militante deposita sus sufragios en las urnas correspondientes Foto: Víctor Camacho

Ampliar la imagen Votantes en la delegación Miguel Hidalgo Votantes en la delegación Miguel Hidalgo Foto: María Meléndrez Parada

“Tantos años en la militancia para venir a terminar rasurada del padrón del partido”, comenta indignada doña María de Lourdes Casarreal. Es la primera vez que le ocurre, pero su resignación da cuenta de que sabía que algún día le pasaría, pues los 15 años en la brega no son garantía de permanencia en el listado del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Con 74 años a cuestas, la militante del sol azteca muestra sus credenciales, que de nada le sirvieron: la del IFE y la del “gobierno legítimo”.

Sencillamente le dijeron que no estaba en la lista nominal de electores, igual que a muchos que padecen este mal endémico del perredismo y no hay manera de remediarlo. Recelosos como están de la otra leyenda negra del padrón PRD, la que cuenta que está inflado, no hay para dónde hacerse cuando el veredicto del presidente de la casilla es: “No está usted en la lista”. Es un asunto inapelable; se asume en el parque de Los Venados, en Coyoacán, en Tlatelolco, en todos lados.

–¿Y dónde veo este asunto? –inquiere Rosa Díaz.

–En el partido, pero pasando Semana Santa –le responde inflexible un funcionario de casilla en la colonia Roma.

–¿El padrón?

Rasurado, muy rasurado, es una tristeza –responde sin matices Reyes Romero de la Rosa, presidente la casilla 867, en la Plaza Río de Janeiro, en la Roma.

Hace cuentas en una diminuta muestra de las dimensiones del problema: “Son las 12, han votado cien personas y 50 no han podido hacerlo. Es una tristeza”, insiste este hombre que ha trajinado por una larga lista de siglas de izquierda, que van del PCM, PMT y PMS hasta el PRD.

Todos los representantes de casilla asumen como parte inherente a la elección tales niveles de rasuramiento del padrón. A lo más que se llega en algunas mesas es a la elaboración de una lista de los damnificados de esta peculiar muestra de la idiosincrasia perredista.

La familia Guerrero es un botón de muestra del estado del padrón: “Somos 15, todos perredistas, sólo que la mitad estamos rasurados y los demás sí votaron”, dice Moisés Guerrero, también de larga militancia en las filas del sol azteca. Su hijo, imposibilitado de sufragar, precisa: “Casi cada año me afilio y de todas maneras no estoy”. Su padre completa: “Creí que era cosa del IFE, pero no, es del partido”.

La elección transcurre con tranquilidad hasta que la encargada del distrito 14 pasa a una de las casillas a verificar “que el orden prevalezca”. Anda nerviosa de que la elección no se desfase y casi a gritos advierte a los funcionarios de la mesa que el acuerdo que tomaron de firmar sólo las boletas de presidente nacional y estatal ya no es válido.

De inmediato, los representantes de casilla la increpan y le exigen que no ponga el desorden, ya que su acuerdo sigue vigente. Gritos y advertencias al final de cuentas, hasta que la funcionaria distrital se va y todo sigue igual.

Votar en el PRD es todo un desafío. Difícil no equivocarse con tantas planillas. En la boleta aparecen seis nombres para la presidencia nacional, 10 para presidencias locales, 18 planillas para congresos estatales, 41 más para el congreso nacional, 23 que aspiran a ser electos delegados al consejo estatal y 44 aspirantes al consejo nacional.

“No están todas las planillas”, precisa un funcionario de casilla. “Sólo están aquí las más representantivas de la delegación, en otras... pues habrá otros nombres.”

Los colores de las boletas poco ayudan.

–Coloque aquí la verde –ordena un asistente de casilla a una votante de la tercera edad.

–¿Ésta? –pregunta titubeante la perredista.

–¡No, la otra verde, la militar!

Y es que en los distintivos hay verde, verde militar, rosa, palo de rosa… Aunque sean casi lo mismo, para el caso no es igual.

–¿Conoce a todos los candidatos en esta elección?

–No, qué va, sólo a los gallos a la presidencia del partido. Los demás sólo quieren cargos en el PRD. Así que sólo busque a alguien conocido y pues por ése vote.

 
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