■ Demandan programas intersectoriales para crear ambientes seguros, saludables y sustentables
Llaman los ministros de Salud de América a combatir la “epidemia silenciosa” de la violencia
■ Lesiones intencionales y no intencionales, cuarta causa de muerte en la zona, aseguran
Mérida, Yuc., 14 de marzo. Los ministros de Salud de las Américas reconocieron que la violencia y las lesiones son una epidemia silenciosa a la que se debe enfrentar con programas y acciones intersectoriales que permitan la construcción de ambientes seguros, saludables y sustentables.
La declaración ministerial, acordada hoy aquí, destaca la gravedad del problema en la región, dado que cada año mueren 300 mil personas por lesiones intencionales y no intencionales, las cuales se convierten en la cuarta causa de defunción, además de que más de un millón 200 mil individuos resultan lesionados y muchos de ellos quedan discapacitados de por vida.
El documento también destaca el riesgo que representan las armas de fuego en el continente, debido a que en estos países ocurren 48 por ciento de los homicidios y 47 por ciento de los suicidios a escala global ocasionados con armas.
La problemática de las lesiones y violencia implica un costo económico equivalente a 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) total de la región, lo que significa una erogación que va de 10 mil millones de dólares en Brasil hasta 250 mil millones en Estados Unidos.
Con base en estas y otras consideraciones, los países de América reconocieron la necesidad de promover acuerdos y alianzas estratégicas con los sectores público y privado y organizaciones sociales en promoción de la salud y prevención de violencia y lesiones, principalmente para disminuir los daños y riesgos en los sectores más vulnerables: mujeres, niños y adultos mayores.
A propuesta del secretario de Salud de México, José Ángel Córdova Villalobos, los ministros se reunirán nuevamente dentro de dos años para conocer los avances en cada nación. Los funcionarios también acordaron desarrollar, poner en marcha y evaluar planes nacionales, así como trabajar con los ministerios de Educación a fin de que el tema se incluya en las currículas escolares.
Resaltaron la necesidad de combatir el abuso del alcohol, reducir la disponibilidad de las armas de fuego y la presencia de la violencia en los medios de comunicación, entre otros.