Usted está aquí: viernes 14 de marzo de 2008 Política Protesta de México ante Colombia, exigen familiares de jóvenes muertos en Ecuador

■ Lamentan que el procurador Medina Mora y Jorge G. Castañeda enloden su memoria

Protesta de México ante Colombia, exigen familiares de jóvenes muertos en Ecuador

■ El gobierno de Calderón está muy a tiempo de rectificar, sostiene el padre de Juan González

Blanche Petrich

Que se esclarezca la forma como fueron muertos los cuatro jóvenes mexicanos en la región ecuatoriana de Sucumbios, no que se enlode su nombre y su memoria, exigen desde Quito Álvaro González y Rita del Castillo, padres de uno de ellos, Juan.

Enterado de que el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, abrirá un expediente para investigar las razones por las que las víctimas de la matanza se encontraban en un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) –sin haber presentado antes sus condolencias a las familias– Álvaro González reclama: “El gobierno mexicano está muy a tiempo de rectificar y presentar ante Colombia una protesta formal por los asesinatos de estos muchachos”.

Ayer por la mañana fue identificada una más de las estudiantes muertas durante la incursión del ejército colombiano en Ecuador el pasado primero de marzo; se trata de Verónica Natalia Velázquez. Su hermano Javier y su madre, Ana María, recién llegados al país procedentes de México, acudieron a la morgue de Quito y por la dentadura pudieron establecer con un alto grado de certeza su identidad. Ana María se derrumbó ante la evidencia.

Por su parte, el secretario de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Gustavo Larrea, informó que, de acuerdo con los peritajes forense y militar preliminares, se sabe que tres de los 23 fallecidos a consecuencia de la incursión colombiana murieron por disparos hechos a menos de 40 centímetros de distancia. Los otros 20 –entre ellos cuatro mexicanos– perecieron a consecuencia de las bombas lanzadas por la aviación. Durante la expedición del secretario general de la OEA, Miguel Insulza, en la zona se constató la presencia de diez cráteres por la explosión de bombas de 250 kilos cada una.

El viaje a Ecuador había sido la ilusión de Verónica, egresada del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM. Ella hacía aretes de palma, que vendía. Para juntar el dinero del boleto de avión trabajó muy duro, muchos meses. Lo último que supo su hermano Javier de ella fue mediante un correo electrónico en el que le contaba del congreso bolivariano, en Quito. Estaba contenta.

Rita del Castillo pide que sus palabras no sean censuradas. Quiere gritar su dolor y su impotencia; quiere decirle al presidente de Colombia Álvaro Uribe, el principal aliado de Estados Unidos en la región latinoamericana, el mandatario que recibe el trato más condescendiente en la prensa del continente, que es “un malnacido, un asesino”. Hace apenas dos días pudo identificar a su único hijo, Juan, de 28 años de edad, por un pie y una mano.

Su esposo, Álvaro González, retoma entonces la palabra para explicar por qué consideran necesario que el gobierno de México emita un pronunciamiento político inequívoco condenando la acción militar colombiana. “No murieron en un accidente; ellos estaban desarmados, viajando legalmente en Ecuador. El gobierno mexicano está a tiempo de rectificar su conducta equivocada”. Considera “indignante” el hecho de que el procurador Medina Mora anuncie que va a investigar a los jóvenes muertos, como si fueran delincuentes y no víctimas.

El padre de Juan González pide un espacio para responder a declaraciones del ex canciller Jorge G. Castañeda, quien declaró públicamente que en virtud de la colaboración de los jóvenes con una narcoguerrilla, “pues que se jodan”. Consideró que “esa grosería, esa majadería totalmente desconsiderada, dirigida a nosotros en el estado de ánimo en que nos hallamos, buscaba provocar una respuesta violenta. No le vamos a dar ese gusto, pero sí hay que decir que el señor habla como representante del agresor, como embajador de Colombia o de Estados Unidos, más que como mexicano”.

Juan, recuerdan sus padres, era un fanático de la música popular latinoamericana. Tenía una colección de más de 2 mil discos. Hizo la secundaria en el plantel cuatro de Ribera de San Cosme y la preparatoria en el CCH Vallejo. Investigaba sobre la creación de vallenatos relacionados con la historia de las FARC. Gran lector, como científico social especializado en América Latina se había enfocado en el proceso colombiano desde hacía varios años. “Hace poco le había yo dicho: oye, hijo, ya va siendo tiempo de que te titules. Me prometió que sí, que lo iba a hacer pronto”.

Asegura: “Con toda honestidad yo no tenía idea que él iba a viajar a un campamento de las FARC”, pero insiste en que, más que participar en campañas relacionadas con esa organización, su interés era académico. Juan González había escrito varios ensayos sobre la historia reciente del movimiento revolucionario colombiano. Uno de estos trabajos fue publicado en un libro de texto de la preparatoria rural de Chapingo.

Finalmente, se encuentran reunidas en Quito las familias de los cuatro mexicanos muertos en Sucumbios. Cuando quede finalizado el trámite para la identificación de los cuatro cuerpos, para el miércoles próximo a más tardar, tendrán que proceder a la repatriación de los restos.

 
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