■ Trato “recíproco” a vejaciones de Madrid a brasileños, sostiene el ministro de Justicia
Brasil endurece requisitos migratorios para el ingreso de turistas españoles
■ Nueva normativa de España afecta a latinoamericanos
■ México no ha adoptado alguna medida
Madrid, 12 de marzo. El gobierno de Brasil decidió responder con un “trato recíproco” a la política migratoria adoptada por España el año pasado, que endurece los requisitos para ingresar al país como turista y con la que se han visto afectados numerosos ciudadanos brasileños.
La normativa española ha provocado la expulsión de miles de latinoamericanos, de ellos casi cuatro mil brasileños, que son retenidos en el aeropuerto y, en algunos casos, según sus propias denuncias, vejados y tratados con desprecio antes de ser expulsados del país.
Brasil decidió responder de la misma manera y en los últimos días impidió la entrada en condiciones similares de 20 empresarios españoles, “para que sientan que de este lado también hay leyes”, explicó el ministro de Justicia, Tarso Genro.
“Vamos a ejercer con total plenitud, con total rigor nuestra soberanía, incluso para subrayar que los brasileños deben ser tratados con respeto y consideración en los países a los cuales se desplazan”, afirmó.
El mayo pasado, el gobierno español aprobó una orden ministerial mediante la cual se autorizó a todos los policías fronterizos, en especial a los ubicados en los aeropuertos, a que vigilen el cumplimiento de la nueva norma sobre ingreso de turistas, que contempla la exigencia de documento como el boleto de regreso, resguardo de la reserva del hotel, tarjetas de crédito y una carta de invitación de algún residente en España.
El objetivo es impedir la llegada “masiva” de migrantes irregulares, una vez que la mayoría entra por los aeropuertos y la generalidad procede de América Latina.
La normativa suscitó numerosas quejas de latinoamericanos, tanto mexicanos, chilenos, argentinos, uruguayos como brasileños, que incluso denunciaron malos tratos por parte de los agentes antes de ser repatriados, pero el único país que respondió con medidas similares fue Brasil.
La polémica se desató cuando 30 sociólogos brasileños que viajaban a Lisboa, vía Madrid, fueron retenidos en el aeropuerto local por los agentes españoles, que los expulsaron del país al considerar que no tenían en regla la documentación.
De acuerdo con el ministerio del Interior español, en lo que va de año se “ha impedido la entrada” a unos 750 brasileños, si bien el año pasado la cifra superó los 3 mil.
En respuesta, las autoridades brasileñas expulsaron en los últimos días a unos 20 ciudadanos españoles, entre ellos 13 empresarios que pretendían ingresar al país sin los requisitos necesarios.
En un intento por hallar una solución la problema, los ministros del Exterior de España, Miguel Angel Moratinos, y de Brasil, Celso Amorin, acordaron hoy reunirse a finales de marzo.
En el caso de México, el gobierno del presidente Felipe Calderón no ha adoptado medida, y se limitó a conseguir “un compromiso informal” de parte de las autoridades españolas para que el consulado y la embajada puedan estar en contacto con las autoridades del ministerio del Interior español, a fin de evitar que un mexicano sea deportado sin haber tenido contacto con las autoridades consulares y sin que esté “plenamente justificado”.