■ La productora mexicana fue homenajeada con el Mayahuel de Plata en Guadalajara
Asumo el cine abierto al talento y a las buenas historias: Navarro
■ “Todas las películas que he hecho tienen una visión crítica; ése es el espacio que nos toca pelear”
■ No soy la más lista ni la mejor, pero sí una persona con convicciones; digo lo que pienso, señala
Ampliar la imagen Reed, México insurgente, Cronos, Cabeza de Vaca, algunas de las cintas que ha producido. En la imagen, al recibir el galardón de manos del director del festival Jorge Sánchez Foto: Ap
Guadalajara, 11 de marzo. “Hay que rebasar los límites de las imposiciones, de las negaciones; no incubar la idea de que no podemos hacer las cosas; creer todo eso es muy peligroso. Tenemos que ser guerreros, entrarle. Ahora existen muchas fronteras, porque el diseño que nos proponen es la mediocridad, la ley del mercado, que te dice: ‘no puedes’”, aseguró en entrevista la productora Bertha Navarro, homenajeada el lunes por el Festival Internacional de Cine de Guadalajara con el Mayahuel de Plata.
Políticamente comprometida, arriesgada y muy exitosa, Navarro es la más importante productora de cine en México. Asegura no tener la llave del éxito, sólo “mucho trabajo”. La han llamado “tejedora de talentos”, porque ha visto florecer carreras de directores como Guillermo del Toro, Paul Leduc y Carlos Carrera, por mencionar algunos. Sin contar a la de algunos cinefotógrafos (como su hermano Guillermo) o diseñadores de producción.
Espíritu de libertad
Bertha, quien siempre dice lo que piensa, propone la rebeldía como necesidad. “Somos muchos los que tenemos ese espíritu, que en el fondo es un espíritu de libertad, aunque nos quieran imponer fronteras brutales. Bueno, para el dinero no las hay. La globalización es eso: hay fronteras para la gente, para el trabajo, para la creatividad, pero no para el dinero”.
Afirmó que en México “el público está adormecido. Y no es un auditorio popular; el público popular ya no ve cine. Los culpables son la televisión y el costo de las entradas a las salas, que ya no son enormes. Por eso proponemos una rebeldía necesaria. Hay que desobedecer, aunque no se gane”.
Argumentó: “Lo que tenemos que hacer es contar historias y defender un espacio expresivo importantísimo. Poder hablar con imágenes. Por ese motivo es necesario tener una cinematografía, que será siempre un derecho de todos, no nada más de los que hacemos cine”.
Reed, México insurgente, Cronos, Cabeza de Vaca, Un embrujo, El espinazo del Diablo, El laberinto del fauno y Cobrador son sólo algunas de las cintas producidas por Bertha Navarro. “Cada película es un riego y lo asumo, pero sobre todo asumo la posición de hacer cine de calidad, de abrir espacios, de dar la oportunidad al talento y de contar buenas historias. Si revisan mi filmografía me dirán qué historia no valía la pena contarse”, afirmó.
La productora consideró no haber hecho “ninguna película mala, perdón que lo diga así, pero algunas cintas salen mejor que otras, eso es real, algunas tienen mucho más público, pero todas han sido dirigidas por gente talentosa. Siempre nos planteamos hacer cosas grandes. También es cierto que como productora he corrido riesgos en el sentido de intentar crecer. No me he querido limitar a que, bueno, como realizamos cine en español vamos a hacerlo chiquito y baratito. ¿Por qué? Si hay grandes cabezas y talentos”.
Navarro disfruta producir: “Estar detrás de la cámara siempre fue mi lugar. Ahora y siempre, para entrarle a un proyecto éste tiene que seducirme. Tengo que ver que hay madera, que vale la pena entrar. No hago todo lo que me entregan, si fuera así, ya hubiera hecho unas 3 mil 500 películas cada año. Uno aprende de los aciertos y de las equivocaciones. No soy ni la más lista ni la mejor, pero sí soy una persona con convicciones; lo que pienso, lo digo. Por eso todo el cine que he hecho tiene un visión crítica, inclusive una escena de violencia, pero con una visión crítica. Ése es el espacio que nos toca pelear”.
Recordó los inicios de su carrera: “La primera cinta que hice con Paul era una obra de juventud, aparte de que traía en mis genes la persona que soy: siempre he sido muy aventada y políticamente comprometida. No me puedo desligar de mi época, la de movimientos sociales. La combatividad es muy distinta a la de ahora. No digo que no haya, pero antes había utopías, creíamos que se podía cambiar todo. Hay que movilizarse en todo, no sólo en el cine, porque si no, nos podemos hundir. La falta de solidaridad, acostumbrarte a ver pobreza, miseria, sufrimiento, es terrible. Y los políticos apuestan a que todo se olvide”.
Respecto de la incertidumbre que tienen algunos productores en torno de la aplicación de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), de acuerdo con el artículo 226, Navarro afirmó: “Todavía no tenemos la perspectiva de cuánto o cómo repercutirá este nuevo apoyo fiscal, que es muy importante. Tomó nueve años de trabajo, de necedad y no es una regalo, pero ahora hay una limitante: el nuevo impuesto de tasa única, Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU), en el que sólo las grandes empresas pueden ser susceptibles al ISR, y de ahí el riesgo de que los señores del dinero, los que pueden invertir, se conviertan en los grandes censores; que nos digan cómo le han dicho a varios: ‘no queremos violencia ni sexo; no esto ni lo otro, queremos cine comercial’”.