■ De aprobarse el reglamento se propiciaría “la explotación comercial” de esos sitios, alertan
Trabajadores del INAH impugnan nuevo proyecto para regular zonas arqueológicas
Docentes e investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) enviaron un oficio a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) en el cual manifiestan su inconformidad por el proyecto de un nuevo reglamento para otorgar permisos o autorizaciones en las zonas de monumentos arqueológicos.
La iniciativa, que se encuentra en trámite en esa dependencia, fue remitida por la Secretaría de Educación Pública el pasado 8 de febrero.
Los trabajadores del INAH argumentan que de aprobarse ese ordenamiento tal y como está redactado, “abriría la posibilidad a una explotación comercial o al usufructo privado del patrimonio arqueológico de la nación”.
Explican que la propuesta de reglamento “modifica el acuerdo presidencial del 26 de octubre de 1977, el cual dispone que esos monumentos y zonas arqueológicas no pueden ser utilizados por ninguna persona física ni moral, entidad federal, estatal o municipal con un fin ajeno a su ‘objeto o naturaleza’, con lo cual se garantiza su preservación y uso social.
“El proyecto de reglamento supone la posibilidad de que se autoricen ‘actividades cívicas y culturales’ en las zonas arqueológicas, siendo que en el pasado se ha advertido que los espectáculos públicos pueden significar afectación física de los monumentos o abuso de los organizadores, al evitar la libre asistencia del público a esos espacios que por su ‘naturaleza’ son para el disfrute de todos los mexicanos.
“Además, dicho proyecto no tomó en cuenta el sustento académico que debe guiar la investigación y exhibición de los restos arqueológicos, que se expresa en su función educativa y para la formación de la identidad nacional.”
Añaden que la comunidad del INAH no fue consultada para la formulación del reglamento y piden un plazo para ofrecer argumentaciones.
Autorizaciones discrecionales
El proyecto de reglamento señala que se autorizarán actividades “cívicas y culturales”, entendidas las primeras como las que se refieren “a la promoción de los valores democráticos y republicanos, así como a la conmemoración de las festividades históricas del país”; y las segundas se relacionan con “las expresiones artísticas, históricas o tradicionales de las distintas culturas del país o de la cultura universal”.
La autorización para montar espectáculos de diversa índole en las zonas arqueológicas ha sido discrecional los años recientes. Mientras en Tajín, Veracruz, se permite celebrar diversos conciertos durante el encuentro de índole comercial llamado “Cumbre” y se brindó Chichén Itzá como escenario para el tenor Luciano Pavarotti, en 2003 no se permitió la presentación en Tulum, Quintana Roo, a Plácido Domingo.