■ No fue precisamente Bernardette se presenta en el foro La Capilla

Llevan al proscenio lo mejor del universo bukowskiano

■ Adrián Vázquez creó la obra a partir de tres cuentos del escritor irredento

■ Es teatro del absurdo, de humor negro, explica el dramaturgo

Arturo Cruz Bárcenas

Charles Bukowsky, mediante su alter ego vital y literario Harry Chinansky, es llevado a escena por Adrián Vázquez, oriundo de Tijuana, Baja California, quien escribió, a partir de tres cuentos, la puesta No fue precisamente Bernardette, profunda introspección sobre un personaje borracho y lúcido en su mundo, de quien su creador dijo alguna vez que si un mérito tiene alcoholizarse es mostrar resistencia; es decir, mantener la coherencia y no hacer estupideces.

Esta pieza es un trabajo unipersonal de Vázquez, quien radica en Jalapa, Veracruz, y dirige la compañía teatral Los Tristes Tigres, fundada en 2005. La historia sobre Chinansky se presenta todos los martes, a las 20 horas, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán). No fue precisamente Bernardette “es una puesta en escena irreverente y divertida que estará en cartelera durante marzo y abril. ¿Por qué Bukowsky? Se trata de un gusto personal. Sin embargo, hay muchos puntos de este escritor que para mí, como creador, son atractivos, como su irreverencia.

“Otro aspecto de interés es su lenguaje directo, su lucidez, hasta pesimista; el enfoque que le da a la vida, la lucha del hombre contra el mismo hombre y el darse cuenta de que al final del día siempre sale perdedor, pero eso no importa, porque hay otro día. Nos deja ver esta manera incipiente que tiene el sentido de la vida. Va contra la sociedad que le tocó vivir, nada diferente de la de hoy.

“Ahora existen patrones a seguir con los que seguramente no estamos de acuerdo porque no los alcanzamos a llenar. Bukowsky se rebela mediante su literatura y nos deja ver historias muy lúdicas, pero al mismo tiempo directas y crudas. La obra es una sola anécdota dividida en tres escenas, que pueden contarse de manera independiente. Al ver el espectáculo, el público se percata de que se trata de una totalidad coherente”, añadió.

Aseguró que no le cansa actuar a este personaje. “Es un trabajo unipersonal; es decir, lo escribo, lo dirijo y lo actúo. En todos los rubros hay una apuesta firme por llevar a cabo algo más. No es sólo contar una anécdota como dramaturgo, sino buscar una estructura bien definida y a la vez jugar con la temporalidad.”

Transgresor, underground

Bukowsky nació en Alemania y vivió prácticamente toda su vida en Los Ángeles; elaboró una literatura transgresora, underground, que influyó en buena parte de las letras estadunidenses de los años 70 y 80. Borracho empedernido, machista y pesimista irredento, Bukowsky construyó una obra narrativa y poética autobiográfica casi en su totalidad.

Vázquez toma tres cuentos del autor: En el hipódromo, Deje de mirarme las tetas, señor, y No fue precisamente Bernardette. Con los textos arma un entramado dramático que toma lo mejor del universo bukowskiano.

“Esta obra es más bien una comedia, un poco teatro del absurdo, de humor negro; es difícil de definir. Es una comedia cruda. La dramaturgia es mía. El personaje principal es Chinansky, a quien vamos a ver con su imposibilidad de crear, con su falta de inspiración y fe hacia las personas, que cada día se la pasa buscando un poco más de amor y de sexo; su costumbre de apostar en el hipódromo. Todo ese universo bukowskiano está en esta puesta”, finalizó.